Las autoridades de Kabul anunciaron un contraataque del ejército afgano en el sur del país, donde una ofensiva de insurgentes talibanes lanzada la semana pasada ya ha dejado más de 200 muertos.
"Vamos a intensificar nuestras ofensivas. Tendremos un importante respaldo y también apoyo aéreo. Ya hay claras señales de un retroceso" de los talibanes, indicó un portavoz del ministerio del Interior.
En los combates en la provincia de Helmand (sur) murieron unos 150 talibanes, afirmó.
Según el portavoz, los enfrentamientos también se cobraron la vida de 33 policías y soldados y más de 50 civiles.
El conflicto muestra las dificultades que está teniendo el ejército afgano para combatir a los talibanes mientras las tropas de la OTAN, lideradas por Estados Unidos -que invadieron el país en 2001 y derrocaron al gobierno talibán- se preparan para replegarse.
Aunque los insurgentes talibanes están muy presentes en la provincia de Helmand, sobre todo en el distrito de Sangin, donde tienen lugar los actuales combates, las ofensivas como la lanzada la semana pasada son muy raras, ya que los rebeldes suelen dar prioridad a los ataques con bombas de fabricación casera.
Las tropas lideradas por Estados Unidos se retiraron de Sangin hace tan solo un mes y entregaron lo que quedaba de sus bases a la policía y al ejército afganos, sobre los que ahora recae toda la responsabilidad de la lucha contra los talibanes.
Los afganos temen que con la salida de las tropas de la OTAN los talibanes vuelvan a convertirse en una amenaza, pero el gobierno y los responsables de la OTAN aseguran que el ejército local es cada vez más eficiente.