El exministro Óscar Iván Zuluaga, ungido el fin de semana como candidato presidencial de Uribe Centro Democrático, podría repuntar en las encuestas, consideraron ayer dirigentes políticos, pero no creen que pueda llegar a afectar al presidente Juan Manuel Santos.
El presidente del Directorio Nacional Conservador, Ómar Yepes, le dijo a EL NUEVO SIGLO que “nadie sabe en qué medida puede afectar”, aunque, agregó, “hay que esperar cómo la opinión pública lo percibe. Hasta ahora, cuando estaba como precandidato, registraba muy bajo en las encuestas. Vamos a ver con la determinación que tomó el Centro Democrático y con el respaldo directo del doctor Uribe, a ver si logra repuntar”.
El senador Roberto Gerlein, del Partido Conservador, indicó que “es difícil dar una respuesta, porque el candidato presidencial del Centro Democrático es el representante del expresidente Uribe. Lo que uno debe preguntarse es si las expresiones y definiciones que le ha planteado a la Nación el exmandatario afectan al presidente Santos”.
Para Gerlein, más que sus candidatos el verdadero vocero de Uribe, es el propio expresidente Uribe.
El exministro Sergio Díaz-Granados, presidente del Partido Social de Unidad Nacional (La U), anotó que “la presentación de un candidato a una elección es un hecho positivo para la democracia. Esta candidatura u otra deben ser indiferentes al Gobierno, pues lo que hay que hacer es seguir perseverando en las metas que nos hemos propuesto, en empleo, reducción de la pobreza, seguridad y paz”.
Clara López, presidenta y candidata presidencial del Polo Democrático, señaló que no perjudica ni afecta. Para ella, “es la determinación autónoma de un movimiento político que escoge quién va a representar sus posiciones en una contienda electoral”.
López señaló que eso no tiene porqué perjudicar o beneficiar al jefe del Estado, porque ese es el libre juego de la democracia.
“Creo que las ideas que defiende es un regreso al pasado en Colombia” y a la “la desazón que sienten sus gentes”, que “quieren una esperanza de futuro”.
El senador vallecaucano Roy Barreras, de La U, manifestó que ese sector “del Centro Democrático desperdició la oportunidad de tener un candidato competitivo, de manera que yo creo que no afecta para nada al candidato presidente Juan Manuel Santos. Óscar Iván Zuluaga nunca repuntó en las encuestas y no va a repuntar ahora”.
Para Barreras, el resultado “de la decapitación de Francisco Santos y la elección de Óscar Iván Zuluaga es que, si llega a haber segunda vuelta”, ese ‘cupo’ será “para la tercería” y no “para el Centro Democrático”.
El representante por Bogotá, Simón Gaviria, director nacional del Partido Liberal estimó que “nos sorprendió que hayan desechado al candidato con más viabilidad en las encuestas, que era Pacho Santos, al cual le expresamos nuestra solidaridad por lo que le hicieron”.
Gaviria indicó que Zuluaga es un hombre formado y estructurado. “Estaremos pendientes si repunta en las encuestas”, agregó.
Para el presidente del Senado, Juan Fernando Cristo, del Partido Liberal, la decisión del Centro Democrático “sin duda”, dijo, “beneficia” al presidente Santos, “porque Óscar Iván es un candidato que lleva tres años en campaña y ya no logró despegar. Es más: me parece que en la convención del sábado, Óscar Iván pasó del precandidato del uribismo a candidato interino del mismo sector político. Creo que todavía falta mucha agua por correr en materia de candidaturas en el Centro Democrático”.
Cristo aseveró que desde el propio uribismo se dijo que todavía no hay una definición. “Por eso digo: se acabó la precandidatura y se consolidó la candidatura interina, pero eso no quiere decir que sea la candidatura definitiva”, expresó.
Por su lado, el senador boyacense Jorge Londoño, de la Alianza Verde, dijo que habría sido mejor una consulta, porque las convenciones de los partidos siempre dejan sinsabores, como los que se están hablando hoy del Centro Democrático.
Al presidente Santos la elección de Zuluaga “lo puede beneficiar en cuanto a que hubiese sido más problemático que su primo fuera también candidato presidencial. Creo que en eso lo beneficia. Y no creo que lo afecte en gran cosa”.
El senador Jorge Enrique Robledo, del Polo Democrático, anotó que el resultado de la convención uribista son fisuras: “Ese acto del uribismo le generó un desgaste, otro desgaste más. Eso el país no lo vio con buenos ojos, por razones obvias: por lo prefabricado”.
Para Robledo “eso le salió muy mal al uribismo”.
“Ahí creo que quedaron fracturas profundas, vamos a ver cómo se expresa eso hacia el futuro, pero ahí quedaron profundas heridas que le terminarán sirviendo al presidente Santos”, sostuvo.
ANÁLISIS
Tres dudas uribistas
1. El papel de Francisco Santos: es claro que se siente afectado por el cambio de las reglas del juego, pues en una consulta interna habría ganado el balotaje presidencial. Por ahora decidió guardar un mes de silencio y reflexión, lo que evidencia su alta inconformidad, sobre todo porque sabe que Uribe se inclinó por su exministro. Parece lejano que, como se había pactado, sea jefe de debate (junto a Carlos Holmes Trujillo) de la campaña de Zuluaga. Dicen que le ofrecerían, como contentillo, ser candidato uribista a la Alcaldía de Bogotá o entrar en uno de los primeros lugares de la lista al Senado que encabeza Uribe. Por ahora no se sabe nada…
2. El papel de José Obdulio Gaviria: Zuluaga, en sus primeros dardos para atravesársele al favoritismo de Francisco Santos, no sólo le pidió al polémico exasesor presidencial salirse de la lista al Senado uribista, sino que lo acusó de ser el jefe de debate de la campaña del exvicepresidente. Santos salió a defender a Gaviria, quien pese a todo se mantiene en la lista. ¿Zuluaga, ahora candidato presidencial, presionará hasta sacar a Gaviria de la lista o se resignará a que éste cuenta con el aval del propio Uribe? Por ahora no se sabe nada…
3. Guardia pretoriana vs. El resto: la convención dejó más heridas que consensos. Uribe tiene una nueva ‘guardia pretoriana’ que con el triunfo de Zuluaga demostró ser la corriente dominante. El hoy candidato, Valencia Cossio, los Guerra y otros pocos están allí, en detrimento de otros sectores que, aunque fieles a Uribe, como Pacho Santos y otros dirigentes, son prevenidos frente al nuevo sanedrín. Las fisuras se ahondaron y podrían pesar a la hora de las urnas por más que se crea que el motor electoral de Uribe arrastra solo ambas campañas: Congreso y Presidencia.