Las autoridades anunciaron el final del ataque contra el aeropuerto internacional de Karachi, el más importante de Pakistán, después de un asalto de 12 horas perpetrado por los talibanes que dejó 30 muertos, entre ellos 10 asaltantes.
Este atentado, que terminó por la mañana con la muerte de los asaltantes, confirma la frágil situación y los grandes desafíos en materia de seguridad que tiene el país, incluso en los lugares más estratégicos que, en principio, están mejor protegidos.
El ataque, uno de los más violentos que ha vivido la ciudad más grande y capital económica de Pakistán, paralizó desde el domingo por la noche toda la actividad del aeropuerto internacional Jinnah.
Está previsto que los vuelos se reanuden a partir de las 16H00 locales (11H00 GMT), indicó a la AFP el portavoz de aviación civil, Abid Ali Khan.
El asalto, reivindicado por el Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP), el principal grupo rebelde del país, comenzó sobre las 23H00 locales (18H00 GMT) del domingo.
Terminó doce horas más tarde, sobre las 11H00 (06H00 GMT), anunció el portavoz de la unidad paramilitar desplegada junto al ejército para neutralizar a los asaltantes, kamikazes que no tenían intención de salir vivos.
"El ataque ha terminado, hemos eliminado a todos los asaltantes de la zona", dijo el portavoz Sibtain Rizvi.
Murieron 30 personas, entre ellas los diez asaltantes, y numerosos empleados del aeropuerto, según el primer balance que dieron a la AFP los responsables de seguridad y fuentes del hospital que recibió los cadáveres.
"Nuestro trabajo ha terminado" añadió Rizvi, mientras que las fuerzas de seguridad mostraban a los periodistas armas y víveres que pertenecían, supuestamente, a los asaltantes.
El ejército paquistaní había declarado el fin del combate de manera prematura y después hubo nuevos tiroteos en el perímetro del aeropuerto.
El TTP reivindicó el ataque como represalia por la muerte de su líder Hakimulá Mehsud que murió en noviembre por un disparo de un drone estadounidense en las zonas tribales del noroeste de Pakistán.
El grupo había perpetrado en los últimos años varios ataques de este estilo contra objetivos supuestamente muy protegidos, lo que muestra la fragilidad del gobierno. Karachi, una urbe incontrolable de 18 millones de habitantes, está considerada como uno de los principales refugios de los talibanes en el país.
En 2011, los islamistas habían atacado una base naval en la que destruyeron varios aviones y mataron a diez miembros del personal durante un asalto que había durado 17 horas.
- Pretendían secuestrar un avión -
El portavoz del TTP Shahidulá Shahid rechazó la oferta del gobierno de entablar un diálogo y prometió que habrán más ataques. Los atentados de los talibanes y sus aliados han provocado la muerte de más de 6.000 personas en el país desde 2007.
"Pakistán utilizó las conversaciones de paz como un arma de guerra", dijo a la AFP. "Todavía tenemos que vengar a los cientos de mujeres y niños que murieron en los ataques aéreos contra las zonas tribales", añadió.
El asalto abre interrogantes sobre cómo pudieron acceder los militantes al aeropuerto, que conecta una de las ciudades más grandes del mundo.
Fuentes de la investigación aseguraron que los asaltantes entraron por dos zonas diferentes del aeropuerto sobre las 23H00 del domingo, la terminal que se utiliza para la peregrinación a la Meca y una zona de ingeniería cercana a una antigua terminal en desuso.
Un periodista de la AFP escuchó tres grandes explosiones cuando los suicidas detonaron sus dispositivos.
Los militantes, algunos vestidos con uniforme militar, combatieron contra las fuerzas de seguridad del aeropuerto apoyadas por la policía, unidades paramilitares y comandos de élite, mientras del aeropuerto salía una intensa humareda.
Una fuente de los servicios de información aseguró a la AFP que los talibanes pretendían secuestrar un avión de pasajeros que estaban embarcando en la terminal principal, pero no lo consiguieron así que arremetieron contra todo lo que estaba a su alcance.