Se encendieron las alarmas y se convocó a un debate para la reestructuración del sector cafetero colombiano.
El presidente de la Unidad Cafetera Nacional, Aurelio Suárez, manifestó esta situación e hizo la propuesta, ya que según él, el sector cafetero padece una sensible reducción de la producción, por efecto del deterioro de los suelos.
Suárez explicó que mientras en 1992 la producción cafetera era de 16 millones de sacos, hoy es tan solo de la mitad, situación calificada por el experto como un fracaso, cuyo origen obedece a que no fue solucionada la crisis cafetera y al tomar decisiones estratégicas se optó por preferir el precio sobre el volumen.
“Hay problemas de burocracia cafetera, sumada a los errores de los Gobiernos que han manejado el tema. Por ejemplo, el Ministro de Hacienda tiene la posibilidad de vetar decisiones, de acumular los votos de los representantes del Gobierno que no van al Comité Nacional de Cafeteros”, aseguró.
Advirtió que pese a que el café ya no es el primer producto de exportación del país, relegado por el petróleo y el carbón, el grano sigue siendo en el primer lugar de la producción agropecuaria nacional, que acapara el 33% de la mano de obra, con 550 mil productores y 2.5 millones de personas que dependen de él.
Suárez Montoya también advirtió el deterioro de los suelos en las zonas cafeteras tradicionales, como las de Antioquia, Caldas, Quindío y Risaralda.
“Antioquia sigue siendo el primer departamento productor de café, comportamiento histórico, pero que sólo le gana en 1% a Huila, que está en el segundo lugar. Siguen Tolima, Caldas, Valle del Cauca, Cauca, Risaralda y Quindío. En ese sentido, hay una caficultura de transición, por efecto de la estructura de costos por el desgaste de los suelos, y que motivan la aparición de nuevas zonas productoras, como Nariño”, dijo.
Destacó además la reducción de la participación del mercado en los cafés especiales: mientras que en 2008 había una producción de 2.5 millones de sacos, en 2010 cayó a 1.7 millones.