Adversarios y partidarios del proyecto de Constitución en Egipto intensificaban sus campañas el jueves antes del referéndum sobre este controvertido texto, tras semanas de intensas tensiones que degeneraron en violencia sangrienta.
Una parte de Egipto, que incluye la capital y la gran ciudad de Alejandría, debe votar desde el sábado, de las 08H00 a las 19H00 locales. El resto del país está convocado a votar una semana más tarde.
Tras haber planteado dudas sobre su posición respecto al voto, cuya anulación exigía, la oposición llamó finalmente a votar "No", al mismo tiempo que exigía garantías, como la presencia de un juez en cada urna u observadores locales e internacionales.
El Frente de Salvación Nacional (FSN), una coalición de movimientos en su mayoría de izquierda y liberales, organizará una manifestación en los suburbios de El Cairo el jueves tras haber celebrado dos en provincia, según uno de los responsables.
Ambos bandos empezaron a usar internet, con gran despliegue de videos y comunicados.
"En la Constitución hay un veneno mortal. Tu pagarás el precio si votas Sí. No a la Constitución", afirmó el movimiento del 6 de Abril, miembro del FSN, que contribuyó a lanzar la revuelta del año pasado contra Hosni Mubarak.
Los partidarios del "Sí", encabezados por la potente cofradía de los Hermanos Musulmanes, comenzaron a hacer campaña muy temprano, distribuyendo octavillas en la calle y colocando en línea videos explicativos en dialecto egipcio.
Votación en curso para los expatriados
Los islamistas enviaron a partidarios, hombres y mujeres, a lo largo de varios centenares de metros en algunas carreteras, mostrando pancartas que dicen "Sí a la Constitución".
Según un responsable del ministerio del Interior, cerca de 130.000 policías serán desplegados para esta votación en medio de la peor crisis en Egipto desde la elección en junio de Mohamed Mursi, primer presidente islamista y civil del país.
Unos 120.000 soldados estarán presentes para garantizar la seguridad al lado de la policía, según la agencia oficial Mena, como les pidió el presidente Mursi en un decreto que da al ejército el derecho de detener civiles en caso de incidentes durante la votación.
La oposición egipcia había puesto el miércoles condiciones difíciles de cumplir para participar en el controvertido referendo, al tiempo que el ejército postergó su invitación a una reunión de diálogo entre adversarios y partidarios del presidente Mursi para intentar superar la actual crisis política.
El FSN había llamado el miércoles a participar en el referéndum sobre la Constitución el sábado, siempre y cuando se cumplieran ciertas condiciones.
El FSN exige que se cumplan cuatro condiciones para participar en el referendo: que haya un juez delante de cada urna, que se garantice la seguridad dentro y fuera de las oficinas electorales, que se supervise nacional e internacionalmente el escrutinio y que el referendo se realice en un solo día.
En un comunicado, el FSN advirtió el jueves que "no reconocerían los resultados de un referéndum que no garantice una transparencia total".
Su jefe, el Premio Nobel de la paz Mohamed ElBaradei, dijo por su lado en su cuenta Twitter este jueves que "la insistencia (en organizar) un referéndum en un ambiente explosivo, polarizado, caótico y sin seguridad, lleva al país al borde del precipicio".
La comisión electoral decidió que el referéndum en el territorio de Egipto sería organizado en dos días, el sábado 15 de diciembre y el sábado 22 de diciembre.
Inicialmente, la votación estaba prevista únicamente el próximo sábado.
Por otra parte, los egipcios que viven en el extranjero comenzaron a votar en las 150 representaciones diplomáticas egipcias, indicó la televisión.
El voto en el extranjero, que concierne a 586.000 egipcios, se llevará a cabo durante cuatro días.
El referéndum sobre la nueva Constitución dividió profundamente al país y provocó numerosas manifestaciones de partidarios y adversarios del presidente islamista Mursi.
La oposición liberal y de izquierda considera que el proyecto constitucional abre la vía a una islamización creciente de la legislación y no garantiza las libertades.
El gobierno y sus aliados afirman en cambio que la nueva Constitución aportará al país un marco institucional estable casi dos años después de la caída del presidente Hosni Mubarak, que dio lugar a una transición caótica supervisada por el ejército.
Desde el jueves 7 de diciembre, los tanques y las fuerzas armadas están desplegados en los alrededores del palacio presidencial en El Cairo pero no han tomado hasta ahora ninguna acción contra los miles de manifestantes en el lugar.