La muerte del expresidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, se recibió con hondo sentimiento de pesar en todos los rincones de la península ibérica. Fue el primer gobernante con que España se encaminó por la senda democrática, luego de un prolongado interregno autocrático.
Adolfo Suárez, un político moderado, ecuánime, fue determinante para la transición política en España. En ese momento crucial se constituyó en el personaje clave en el paso pacífico a la democracia. En 1975 formó parte del primer gobierno de la monarquía tras la muerte de Franco, como ministro Secretario General del Movimiento (el único partido legal del régimen). En julio de 1976, el rey Juan Carlos lo nombró presidente del Gobierno, convirtiéndose entonces en hombre de confianza del monarca e impulsor de la reforma política democrática. Durante su mandato se aprobó la ley de amnistía, se legalizaron todos los partidos y sindicatos y se convocaron elecciones libres el 15 de junio de 1977. Tras las elecciones del 1º de marzo de 1979, en las que UCD revalidó su triunfo, Suárez se convirtió en el primer Presidente de Gobierno constitucional.
El expresidente Suárez falleció rodeado del afecto de sus compatriotas que no olvidan sus decisivas ejecutorias como artífice de la democracia española.