El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, parece decidido a adelantar las elecciones, con el fin de aprovechar su actual popularidad para luego adoptar medidas de austeridad y oponerse con mayor legitimidad a Estados Unidos en lo relativo a Irán y los palestinos.
Por ahora, el primer ministro no ha anunciado oficialmente su intención de convocar elecciones anticipadas, o sea antes del final de la actual legislatura, en octubre de 2013.
"Este asunto será aclarado en breve", dijo Netanyahu a sus allegados, en momentos en que la prensa considera que el jefe de gobierno ya optó por adelantar la fecha de los comicios.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Lieberman, líder del partido ultranacionalista Israel Beiteinu, estimó el lunes en una entrevista al portal internet Ynet que la decisión de adelantar los comicios es "definitiva".
"Si hay que hacer una votación, mejor hacerla lo más rápido posible", afirmó el presidente del parlamento israelí, Reuven Rivlin, miembro del partido Likud de Netanyahu.
Según la radio pública, Netanyahu quiere que las elecciones tengan lugar lo antes posible, o sea entre mediados de agosto y principios de septiembre.
Por su parte, el nuevo líder del partido opositor Kadima, Shaul Mofaz, afirmó ser partidario de celebrar las elecciones a mediados de octubre.
Según los comentaristas, Netanyahu quiere comicios anticipados por varias razones.
En primer lugar, prefiere realizar los 4.000 millones de dólares de recortes en los gastos sociales que tiene previstos para el presupuesto de 2013 después de los comicios.
Además, quiere tener mayor peso para oponerse a Washington en lo relativo a Irán y los palestinos, en particular si el actual mandatario estadounidense, Barack Obama, vuelve a ganar las elecciones presidenciales de noviembre.
En lo que respecta a Irán, se considera que Netanyahu quiere atacar las instalaciones nucleares iraníes, pese a la oposición de Estados Unidos y también -según los comentaristas- de las fuerzas armadas, de los servicios secretos (Mosad) y de la mayoría de su gobierno.
El primer ministro también prefiere dejar para después de las elecciones el voto de un proyecto de ley que podría poner fin a su actual coalición de gobierno.
Dicho texto, defendido por Lieberman, prevé obligar a todos los jóvenes israelíes a realizar un servicio militar o uno civil, pero los partidos religiosos de la coalición se oponen. Actualmente, los religiosos ortodoxos eluden cumplir con estas obligaciones militares.
Un sondeo publicado el lunes por el diario Yediot Aharanot confirma que el Likud ganaría las elecciones, con 30 bancas (sobre un total de 120), en lugar de las 27 que tiene actualmente. El Partido Laborista obtendría 18 diputados (en lugar de ocho actualmente), Israel Beiteinu 13 (15), Kadima 11 (28).
Yesh Atid, una formación creada por el periodista Yair Lapid, quien dice defender a las clases medias, obtendría 11 diputados.
De confirmarse estos resultados, Netanyahu podría elegir a sus socios de la próxima coalición, ya que las laboristas, Kadima y Yair Lapid afirmaron estar dispuestos a participar en un gobierno dirigido por Netanyahu.