Varios miles de españoles participaron en las "Marchas de la Dignidad", cuyo eslogan "pan, techo y trabajo" se opone a las denominadas "políticas neoliberales impuestas por Bruselas", a solo un mes de las elecciones legislativas.
En Madrid, diferentes marchas confluyeron en la Puerta del Sol ante la pancarta "Por una rebelión democrática de los pueblos de Europa. Soberanía. Dignidad. Solidaridad". Los manifestantes llenaron la mitad de la plaza.
Las primeras grandes "marchas por la dignidad", que reunieron a decenas de miles de personas procedentes de todos los puntos del país, tuvieron lugar el 22 de marzo de 2014 en Madrid.
Este sábado, más de 125 organizaciones políticas, sindicales y sociales llamaron de nuevo a participar en una treintena de ciudades, de Sevilla a Barcelona, para que la gente "haga visible su indignación".
Con 81 años, Fedor Asuar, antiguo mecánico y miembro del sindicato anticapitalista Comisiones Obreras, levantaba en Madrid la pancarta "abuelos empobrecidos, hijos hipotecados, nietos parados", y desfilaba para "defender su pequeña pensión" y contra "la cadena de recortes en Educación, Sanidad..."
Los participantes temían que, cualquiera que sea el próximo gobierno elegido el 26 de junio, se impongan nuevas reformas y reducciones de los servicios públicos, mientras uno de cada cinco españoles vive ya en situación de riesgo de pobreza (más del 22% de la población), con menos de 8.011 euros al año.
En nombre de los 50 colectivos que convocaron la manifestación, Yayo Herrero, profesor de 50 años, leyó delante de los asistentes parte de un manifiesto. "Con la excusa de una crisis causada por los bancos, la UE (...) se ha adueñado de la soberanía de los países que la componen (...) obligándoles a ejecutar políticas en contra de su población y a favor del capital".
Otros manifestantes se movilizaron contra el tratado de libre comercio entre la UE y Estados Unidos (TTIP) o por una verdadera política de acogida de los refugiados.
Elena Garzón, de 53 años, empleada de la Lotería Nacional, decidida a votar por la coalición de izquierdas Unidos Podemos, decía que no sentía los efectos del crecimiento anunciado por el jefe del gobierno conservador saliente, Mariano Rajoy. "Crecimiento económico, nada. Tengo dos hijas de 26 y 28 años, una esta en el paro y la otra ha tenido que irse a Estados Unidos".
La tasa de paro estaba en el 21% de la población activa a finales del primer trimestre.