La Unidad de Vida acusó formalmente a los coroneles José Javier Vivas y Nelson de Jesús Arévalo, como presuntos responsables de los delitos de fraude procesal, falsedad ideológica en documento público agravada por el uso, ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio; fabricación, tráfico y porte de armas de fuego y favorecimiento de homicidio.
Los hechos se relacionan con la modificación de la escena del crimen del grafitero Diego Felipe Becerra, el 19 de agosto de 2011 en el barrio Pontevedra al norte de Bogotá, tras un impacto de bala que presuntamente le propinó el miembro de la Policía Nacional Wilmer Alarcón.
El escrito de acusación advierte que Vivas, para la época comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, habría permitido el montaje en el que participó activamente el coronel Arévalo. Igualmente, advierte que este último habría sido el responsable de conseguir el arma que acomodaron en el lugar donde fue atacado el grafitero Diego Felipe Becerra.
La Fiscalía cuenta con 58 testigos que serán interrogados en juicio, 64 pruebas documentales respaldadas por técnicos y profesionales especializados en medicina forense, balística y grabaciones, que reafirman la teoría del caso indicando que se trató de un crimen.