El venezolano Pedro Burelli, que la Fiscalía de su país busca en Estados Unidos por un supuesto plan de asesinar al presidente Nicolás Maduro, dijo este viernes que las pruebas en su contra son "falsas" y que no espera ser arrestado.
Burelli, un consultor financiero que vive en Washington, desmintió las acusaciones lanzadas, sobre la base de una serie de correos electrónicos, contra él y otros opositores como la destituida diputada María Corina Machado y el excandidato presidencial Diego Arria.
Aunque admitió que es amigo de Machado y Arria, Burelli señaló que "los correos entre él (Arria) y yo son falsos y demostraremos que son falsos".
También dijo estar en contacto desde hace varios años con el actual embajador estadounidense en Colombia, Kevin Whitaker, otro de los señalados en la supuesta conspiración.
Pero "nunca en ninguna conversación, ni de verdad ni las de mentira, ha habido nada asociado con el asesinato o un golpe", afirmó a la AFP Burelli, que asegura además estar desligado de cualquier partido opositor venezolano o de la coalición MUD.
La semana pasada la dirigencia del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela acusó a los opositores de discutir en correos electrónicos formas de acelerar una crisis política en Venezuela para derrocar a Maduro.
Este miércoles la Fiscalía General venezolana anunció que solicitará a Interpol la captura de Arria y Burelli, así como la del abogado Ricardo Koesling.
Pero Burelli dijo no tener "ninguna preocupación", agregando que la "justicia en Venezuela es conocida como injusta" en otros países y por Interpol.
Burelli, que sostiene que los correos fueron "forjados", interpuso una solicitud ante un juez en Estados Unidos para ordenar a Google, de cuya plataforma Gmail proviene la correspondencia señalada, demostrar la falsedad de las comunicaciones.
Este supuesto plan de magnicidio, el último de los denunciados por la dirigencia chavista en el último año, debió ponerse en marcha, según la Fiscalía, durante las protestas opositoras, iniciadas a principios de febrero pasado.
Las manifestaciones, que dejan un saldo de 42 muertos, han disminuido en intensidad en las últimas semanas hasta volverse esporádicas y realizadas por puñados de manifestantes.