El presidente interino de Brasil, Michel Temer, calificó de "liviana, mentirosa y criminal" la declaración de un delator del caso de corrupción en Petrobras que le acusó de pedir dinero de una trama ilegal para financiar la campaña de un aliado.
"No voy a dejar que esto siga de largo. Hablo con palabras indignadas para registrar una vez más que esta liviandad no puede prevalecer", dijo Temer en una declaración en el Palacio de Planalto transmitida en directo por la televisión.
"No vamos a tolerar afirmaciones de esta naturaleza", añadió en su tono formal habitual, pero visiblemente irritado, un día después de conocerse la confesión de Sergio Machado, expresidente de la subsidiaria de Petrobras Transpetro.
Temer sucedió en mayo en la jefatura del Estado a Dilma Rousseff, suspendida mientras el Senado la juzga por supuesta adulteración de las cuentas públicas.
Involucrado en el "Petrolao", Machado lo denunció ante la justicia como parte del acuerdo de colaboración que firmó con la fiscalía para reducir su eventual condena.
En una extensa declaración que salpicó a toda la cúpula del PMDB (centro-derecha) de Temer, Machado relató que el actual presidente de Brasil le pidió "recursos ilícitos de las empresas que tenían contrato con Transpetro" para la campaña a la alcaldía de Sao Paulo del entonces diputado Gabriel Chalita.
El monto solicitado fue de 1,5 millones de reales, unos 431.000 dólares al cambio actual.
Según el expresidente de Transpetro, una figura que estuvo durante años en el centro neurálgico del poder en Brasil, Temer estaba al tanto de la trama fraudulenta que durante una década giró miles de millones de dólares de la petrolera estatal hacia los partidos políticos.
Las llamadas "delaciones premiadas" son la base de la investigación que sacó a luz ese fraude y llevó a prisión a dueños y directores de las principales constructoras de Brasil, jefes de la petrolera y encumbradas figuras políticas.
Después de golpear de lleno al izquierdista Partido de los Trabajadores de Rousseff, el caso se transformó en una amenaza de alto riesgo para el PMDB, que heredó el poder.
En sus primeros 15 días de gobierno, Temer perdió a dos ministros que aparecieron en conversaciones grabadas clandestinamente por Machado sugiriendo planes para obstruir la investigación.