Acuerdo para capitalizar a Millonarios | El Nuevo Siglo
Jueves, 2 de Octubre de 2014

Una inyecciónde no menos de $5 mil millones recibirá a más tardar la próxima semana Azul y Blanco, dineros con los que el grupo Amber busca conjurar una amenaza de cesación de pago que desde hace días rondaba a Millonarios, lo que había imposibilitado pagar la nómina.

La decisión fue tomada por el 51 % de accionistas del equipo capitalino y de ella hacen parte Gustavo Serpa a través de Blas de Leso Inversiones, Alfredo Romero con Tejidos Gaviota, Carlos Bruno Frigeiro y Fernando Triana por intermedio de Tauroquímica y Cadiedi y Cia, entre otros, según informó Caracol Radio.

Con ello, se cierra la posibilidad a que a través de Javier Aguirre un inversionista externo pudiera hacerse al control de Millonarios. Aguirre había ofrecido a un grupo de accionistas del Club Azul y Blanco la compra de sus acciones a $1.350 cada uno, más un 30% adicional de utilidad sobre la venta.

El agente interventor del Fondo Premium que posee los derechos sobre el 15 % de las acciones de Millonarios que fueron entregadas por Juan Carlos Ortiz, no hace parte del acuerdo pero respalda la inyección de capital para salvar al club que atraviesa por una situación apremiante.

Además de la capitalización, el acuerdo condiciona a que cualquier compra o venta de acciones de Millonarios se haga con aprobación de este grupo mayoritario de accionistas.

De esta manera, el grupo inversionista, representado por Gustavo Adolfo Serpa, seguirá siendo el accionista con mayor participación del club, y se descartan posibles movimientos como el que se había barajado en julio, cuando se supo que el empresario español Javier Aguirre Nogués, se acercó buscando ingresar como accionista al club.

Millonarios, que durante años arrastró un lastre, se recuperó económicamente durante la administración de Eduardo Silva y la posterior designación de Felipe Gaitán como presidente, pero en el último año, sus finanzas se volvieron a deteriorar a causa de las pobres campañas del equipo y los altos costos de Postolés y Lillo.