Un policía blanco, juzgado por haber dado muerte a dos negros desarmados tras una persecución en automóvil en 2012 en Cleveland (Ohio, noreste de EEUU), fue absuelto este sábado.
Si hubiera sido declarado culpable, el policía Michael Brelo, de 31 años, hubiera recibido una condena de hasta 22 años de cárcel por cargos de homicidio.
El juez John O'Donnell explicó antes de pronunciar su veredicto que "no sacrificaría" al policía si las pruebas con las que contaba no certificaban su culpabilidad.
Trece policías dispararon en total 137 balas contra el vehículo de Timothy Russell y Malissa Williams, quienes no se habían detenido ante un control y fueron perseguidos durante más de 30 km.
El policía Brelo fue inculpado porque esperó a que el vehículo se detuviera para disparar en quince ocasiones contra el parabrisas. No se encontró ningún arma dentro del automóvil.
El magistrado afirmó que no pudo establecer que las balas disparadas por Brelo fueron las que mataron a la pareja. Precisó que dos balazos del policía pudieron resultar fatales para Malissa Williams y otro para Timothy Russell, pero que las pruebas no eran suficientes como para condenarlo.
"No hemos hecho nada ilegal, no hemos hecho nada malo", afirmó el abogado del policía, Pat D'Angelo, quien se congratuló del fallo y denunció "amenazas" de los fiscales hacia su cliente.
Tras el fallo, un pequeño grupo de manifestantes se congregó cerca del tribunal y coreó consignas contra "la falta de justicia".
El fallo ocurre cuando aún no ha concluido otra investigación sobre un policía blanco de esta ciudad, que en noviembre pasado había matado a un niño negro de doce años, Tamir Rice, que jugaba con una pistola de juguete en un parque.
El departamento de Justicia señaló tras ese drama que la Policía de Cleveland tenía tendencia a hacer "un uso excesivo de la fuerza"/AFP.