Con corte a junio de este año, las familias colombianas deben 88 billones de pesos, con lo que de cada 100 pesos que tienen de ingresos deben destinar 21,3 pesos para pagar deudas e intereses. Así se desprende del último reporte de estabilidad financiera dado a conocer por el Banco de la República.
El director de estabilidad financiera, Dairo Estrada, manifestó que en materia de consumo las deudas son de 65 billones de pesos. Por su parte, los hogares le deben a las entidades bancarias por concepto de cartera hipotecaria un monto de 23 billones de pesos.
El funcionario explicó que el 70 por ciento de la deuda entre consumo y vivienda está en manos de las personas de altos ingresos. Por su parte, un 15 por ciento se encuentra en los sectores más bajos en materia de ingresos.
El directivo explicó que la morosidad en los actuales momentos llega al 4.8 por ciento, en donde se destaca las tarjetas de crédito y luego los créditos de libre inversión. Asimismo, el informe de estabilidad financiera reconoce que los precios de la vivienda en Colombia siguen subiendo.
Sin embargo, de acuerdo al reporte, el endeudamiento de los hogares se desaceleró en junio cuando registró 16,3 por ciento frente a diciembre de 2011 cuando alcanzó el 18,7 por ciento real anual.
Indica el informe que durante el primer semestre de 2012 la tasa de crecimiento de la cartera bruta registró un nivel inferior al observado en diciembre del año anterior, al pasar de 17,9% real anual en diciembre de 2011 a 14,2% seis meses después.
En particular, las modalidades de consumo y comercial presentaron la mayor desaceleración. Por el lado del pasivo, se observó un importante aumento de los CDT a más de un año, lo que sugiere una mayor preferencia por este tipo de pasivos, en comparación con los de menor plazo. Adicionalmente, la rentabilidad de las entidades financieras se mantuvo estable con respecto a las cifras de los últimos años.
Por otra parte, los portafolios de inversión de las instituciones financieras no bancarias (Ifnb), mostraron una mayor dinámica con respecto a la observada en el segundo semestre de 2011, lo cual estuvo acompañado, a su vez, por incrementos moderados en la rentabilidad en la mayoría de estas entidades.
En cuanto al riesgo de crédito, indica el informe de estabilidad, durante los primeros seis meses de 2012 los indicadores de calidad (IC) y morosidad (IM) de la cartera total mostraron un leve deterioro.
Esto se explica, principalmente, por la desaceleración en la cartera bruta, así como por el incremento en las carteras riesgosa y vencida. A junio del año en curso el IC se ubicó en 6,9%, mientras que seis meses atrás fue de 6,7%. Por su parte, el IM pasó de 2,8% en diciembre de 2011 a 3,3% seis meses después.
No obstante, vale la pena mencionar que al finalizar el primer semestre de 2012 los indicadores de riesgo para la cartera total se situaron en un nivel inferior a los promedios observados entre junio de 2006 y el mismo mes de 2012 (IC: 7,8% e IM: 4,1%).
Adicionalmente, por modalidad de crédito la cartera de consumo fue la que presentó el mayor aumento en sus indicadores de riesgo, al registrar un IC de 7,9% y un IM de 5% en junio de 2012, cuando seis meses atrás eran de 7,3% y 4,2%, respectivamente.
Explica el análisis que durante el primer semestre la cartera del sistema financiero presentó una menor dinámica con respecto a la observada en 2011. La desaceleración de la cartera bruta estuvo acompañada por un leve deterioro de los indicadores de calidad de cartera y de mora.
Asimismo, se observan incrementos moderados en la exposición de los riesgos de liquidez y mercado. No obstante, los indicadores de rentabilidad y solvencia del sistema financiero continúan siendo favorables. En conclusión, debe continuarse con el estricto monitoreo de los indicadores de calidad y mora de la cartera de los establecimientos de crédito, así como de la volatilidad de los mercados financieros, la cual podría aumentar la exposición a los riesgos de mercado y de liquidez de los intermediarios financieros.