Desde el pasado 10 de diciembre se lleva a cabo el retorno de 77 familias desplazadas del corregimiento de Las Palmas en San Jacinto, Bolívar, en el marco del plan de retorno desarrollado por la Unidad para la atención y reparación integral a las víctimas
Desde Bogotá, Cartagena, San Jacinto, Maicao, Paraguachón, Sabanagrande, Soledad, Montería y San Juan Nepomuceno, llegan después de 15 años estas familias para reencontrarse con su hogar. Eduardo Smith Reyes, uno de los habitantes retornados dice que “siente una felicidad inmensa al reencontrarse con toda su familia, amigos y que el entorno es el momento propicio para garantizar la prosperidad que anteriormente vivía el corregimiento”.
La comunidad de Las Palmas se desplazó en noviembre de 1999 a causa de los asesinatos selectivos que ocasionaron grupos paramilitares en la región de Montes de María. 160 familias tuvieron que abandonar sus tierras y moverse hacia diferentes puntos del país. Hasta en Venezuela y España buscaron los palmeros un mejor vivir.
Desde 2004 empezaron a regresar a su tierra, sin mayor acompañamiento institucional, pero después de un largo proceso actualmente 54 familias asentadas en el corregimiento y en el actual proceso de retorno otras 166 familias tienen la voluntad de asentarse en Las Palmas, de las cuales 77 llegaron esta fecha.
En medio de la felicidad por el retorno, la directora de la Unidad para la atención y reparación integral a las víctimas, Paula Gaviria, sostiene que "hoy estamos logrando la voluntad de muchos hombres y mujeres de volver a su tierra en Las Palmas, ha sido un trabajo muy comprometido de muchas personas e instituciones y la satisfacción que se siente al ver la alegría de la comunidad es muy difícil de expresar. Este retorno es un ejemplo para los demás procesos y es la mejor forma de demostrarle a los demás campesinos desplazados que si es posible volver a su tierra”.
Para José Domingo Caro, uno líderes de la comunidad, este retorno significa “volver a vivir en la tierra que se abandonó hace 15 años, nuestro desafío ahora es volver construir lo que nos quitó la violencia. Lo único que le digo es que hay mucha felicidad”, además, invita a las demás comunidades en el país a “que se arriesguen, que retornen, que hay que aceptar ese acompañamiento que ofrece la Unidad para las víctimas y retornar, no es un proceso fácil, hay que luchar, organizarse, ser terco, perseverar”.
Todos los procesos de retorno tiene en cuenta el restablecimiento de la seguridad en la zona, la dotación del puesto de salud, las condiciones básicas de movilidad y vías, agua, electricidad y vivienda.