Partiendo de la base que los comicios parlamentarios son algo así como las elecciones “primarias” de la contienda presidencial, es claro que la jornada del domingo dejó a los candidatos a la Casa de Nariño con suertes muy distintas.
Por ejemplo, si se toma como base del análisis la votación para Senado, que es la más significativa, pues corresponde a una circunscripción nacional, habría que decir que las sumas y las restas favorecen más a algunos de los presidenciables en tanto que a otros les augura un negro panorama.
Veamos: el pasado domingo el último boletín de la Registraduría, con el 98,4% de los votos contados, mostraba que el partido de La U sumaba 2.230.208 sufragios, que equivalen a un 15,5% de todos quienes ese día asistieron a las urnas, que fueron exactamente 14 millones 310.367 ciudadanos.
El Partido Liberal sumó 1.748.789 votos, es decir el 12,2% del total de sufragios. A su turno, Cambio Radical alcanzó los 996.872 votos, que representan el 6,9% del total de asistencia a las urnas.
En ese orden de ideas, es claro que estos tres partidos, que fueron los que avalaron oficialmente la campaña reeleccionista del presidente Juan Manuel Santos, alcanzaron un total de 4.975.869 votos. Es decir, que las tres colectividades alcanzaron a sumar un 34,6% de todos los sufragios el domingo pasado.
En este marco de análisis, de entrada la campaña por un segundo mandato estaría poniendo sobre la mesa un ‘plante electoral’ cercano a los cinco millones de votos.
Sin embargo, la situación a favor de Santos puede ser más positiva, dado que el Partido Conservador, en una muestra de potencial electoral sin precedentes y contra todos los pronósticos de las encuestas, sumó 1.944.284 votos, que equivalen al 13,58% del total de la votación.
Como se sabe, de los 19 escaños en el Senado que conquistó el conservatismo el domingo, la gran mayoría de sus titulares no sólo se mantienen firmes en la coalición de Unidad Nacional, sino que muestran una empatía muy alta con la campaña reeleccionista del Jefe de Estado, en tanto que los apoyos a Marta Lucía Ramírez no sólo son muy bajos, sino que decrecen con el pasar de los días.
Así las cosas, si se llegaran a sumar los votos que lograron La U, liberales y Cambio con los conquistados por el conservatismo, se tendría que la coalición de Unidad Nacional alcanzó en las urnas el pasado domingo un total de 6.920.153 votos, que, sin duda, son un ‘plante electoral’ muy significativo para el Presidente-candidato en la primera vuelta del 25 de mayo, más aún cuando ese guarismo electoral es respaldado por las encuestas, en donde Santos puntea los sondeos con porcentajes que triplican e incluso cuadriplican a sus rivales.
En materia de porcentajes, la sumatoria del 34,6% de los votos que alcanzaron La U, liberales y Cambio, con el 13,5% de los conservadores, elevarían el respaldo político a la causa reeleccionista a 48,1%.
No hay que olvidar que la coalición de Unidad Nacional fue una de las ganadoras de los comicios parlamentarios, pues la sumatoria de curules de La U (21), conservadores (19), liberales (17) y Cambio Radical (9), deja a esa alianza política con el dominio de 66 de los 102 escaños de la corporación legislativa, quedando en abierta minoría el Centro Democrático, el partido del expresidente Uribe que alcanzó a conquistar 19 escaños, que si bien es un buen desempeño para una colectividad nueva, es inferior en casi un 50% a la meta de curules que se había propuesto (no menos de 40) y, además, no pudo ser la mayor votación, ya que La U le ganó y el conservatismo le pisó los talones.
Otros escenarios
Pero, incluso, hay algunos analistas que consideran que el partido Opción Ciudadana (antiguo PIN) podría entrar a jugar a la hora de los cálculos sobre posibles ‘plantes electorales’ para los presidenciales.
Opción inscribió a última hora su propio candidato presidencial, José Antonio Rocha, pero para no pocos analistas es muy posible que el potencial electoral que el partido demostró el domingo pasado, cuando sumó 527.124 votos (3,6% del total de sufragios), pueda dirigirse hacia un aspirante con mayores posibilidades de llegar a la Casa de Nariño.
Aquí se pueden arriesgar varios escenarios. En primer lugar, en el cuatrienio legislativo que termina no pocas veces el PIN acompañó y respaldó los proyectos y programas de gobiernos santistas e incluso en determinado momento se especuló con un posible ingreso a la Unidad Nacional.
Si se parte de esa coincidencia política y legislativa, podría analizarse la posibilidad de que esos 527.124 votos de Opción Ciudadana se pudieran sumar a los 6.920.153 de La U, conservadores, liberales y Cambio, lo que elevaría, entonces, el ‘plante electoral’ reeleccionista a 7.447.277.
Aterrizado ese cálculo a los porcentajes se tendría, entonces, que al 48,1% de la sumatoria de las cuatro colectividades de la Unidad Nacional tendría que adicionársele el 3,6% de Opción Ciudadana, llevando esa cifra a un 51,7% de ‘plante electoral’ para un segundo mandato santista.
Aunque obviamente esta clase de cálculos funcionan sobre el papel, en la realidad hay que ‘castigarlos’ con porcentajes que pueden ir de un 20 a 25%, por circunstancias que pueden ir desde una menor asistencia a las urnas en los comicios presidenciales frente a los de Congreso (históricamente comprobada) hasta divisiones en las colectividades sobre a quién apoyar en la puja por la Casa de Nariño.
Hecha esa claridad, lo cierto es que si se parte de una base neta de entrada de 7,5 millones de votos a favor de la reelección, no menos de 5,5 o 6 millones de votantes sí podrían manifestarse a favor de la continuidad santista el próximo 25 de mayo.
Los uribistas
En la otra esquina están los uribistas, que entraron al Senado con 2.045.564 votos, el 14,2% del total nacional. Ese sería, siguiendo como el mismo plano de análisis, el ‘plante’ del candidato del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga.
Pero también hay quienes consideran que Opción Ciudadana podría sumarse en determinado momento a los uribistas, lo que llevaría entonces ese plante a 2.572.688 posibles votos, en tanto que el porcentaje subiría a 17,7% del agregado de sufragios. Pero aún así, en el plano meramente matemático, el porcentaje reeleccionista continúa triplicando -como en las encuestas- al pupilo del exmandatario.
De otro lado, si se aplica el mismo rasero de castigar esta votación con 20 o 25%, se podría decir que Zuluaga podría estar sumando el día de las urnas, con base en este cálculo, alrededor de 2 millones de votos.
En la izquierda
De otro lado, aunque se especuló que los partidos de izquierda y centro izquierda podrían arriesgarse a perder su participación en el Congreso por cuenta del aumento del umbral, lo cierto es que tanto el Polo como la Alianza Verde lo superaron y alcanzaron 5 senadores cada uno.
¿Cómo influye en estos dos casos la hipótesis del ‘plante’ electoral que los comicios parlamentarios dejaron a cada aspirante a la Jefatura del Estado?
Fueron 541.145 los votos que sumó el domingo pasado el Polo en las urnas y que, se supone, deben ser la base electoral de su candidata Clara López el 25 de mayo. Este 3,7% del total de votos es claramente un porcentaje muy bajo para pensar en la posibilidad real y concreta de pasar a una segunda vuelta. Incluso, la candidata registra en los sondeos porcentajes más altos de 5 y 6%.
Es más, en el muy lejano caso de una unión entre uribistas y Polo, por ser ambos claramente de oposición al santismo y a la reelección, el ‘plante’ electoral de esa muy difícil alianza no llegaría a los 2,6 millones de votos en total que, castigados al igual que todos los anteriores pronósticos, dejaría, de nuevo, el potencial de votos alrededor de los 2 millones.
Los verdes
El otro partido de izquierda o centro izquierda que también entra a jugar en este escenario de análisis es la Alianza Verde, que, sin duda, es un caso sui generis.
¿Por qué? En primer lugar, su lista al Senado sumó apenas
564.663 sufragios, que representan el 3,94% de la votación total a esta Cámara.
Sin embargo, para esta colectividad (que nació de la fusión del Partido Verde y el sector petrista de Progresistas) el rubro que se debería tener en cuenta en materia de pronósticos hacia la campaña presidencial no es la votación parlamentaria, sino la obtenida por la consulta interna que realizaron ese mismo día para escoger candidato presidencial.
La consulta, en un hecho sin precedentes, suma ya (con el 86% de las mesas contabilizadas) casi 3,9 millones de votos, de éstos 2,8 millones por alguno de los tres candidatos (Enrique Peñalosa, Jhon Sudarsky y Camilo Romero), en tanto que bordea el millón el volumen de votos nulos y no marcados.
Los peñalosistas consideran que los 1.852.933 votos sumados por el exalcalde para confirmarse como el candidato presidencial de la Alianza (que equivalen al 47.6% del total de votos) son un ‘plante’ suficiente para ratificarse como el rival más fuerte del Presidente-candidato y, en consecuencia, ganar el tiquete para pasar a la definitiva segunda vuelta presidencial.
Sin embargo, hay que analizar algunos hechos significativos. En primer lugar, que entre Romero (645,178 votos) y Sudarsky (328,360) suman más del 25% de la votación de la Alianza, la gran mayoría de tono claramente antipeñalosista. Y a ello debe sumársele, que entre votos nulos y no marcados hay otro 27%. Y, como si fuera poco, el sector petrista, con Antonio Navarro a la cabeza, se había apartado de la consulta. De haberlo hecho, el voto antipeñalosista habría sido más alto.
¿Tiene, entonces, Peñalosa 1,8 millones de votos de ‘plante’ electoral para arrancar su campaña? No pareciera y menos en una consulta en donde mucha gente participa pese a no pertenecer al partido que la convoca. Además, las encuestas más recientes sobre preferencias electorales muestran al exalcalde con porcentajes de 8 y 9%, en un cabeza a cabeza con Zuluaga, cuando Santos está muy lejos, por encima del 25 y hasta 30 por ciento.
Más allá de todas estas elucubraciones, lo cierto es que es necesario hacer sumas y restas muy complejas para definir con certeza cuál será el impacto de la votación de Congreso en la contienda presidencial. Por ahora, es necesario esperar a ver cómo se van desenvolviendo los hechos día a día hasta que llegue la cita en las urnas.