La llegada de la población a 7.000 millones supone un logro para la humanidad y plantea nuevos retos para evitar acentuación de las desigualdades, estimó la ONU.
El hito de los 7.000 millones, que oficialmente se alcanzará el 31 de octubre, "constituye un desafío y un llamamiento a la acción (...) nos recuerda que debemos actuar ahora", declaró Babatunde Osotimehin, director ejecutivo del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), en la presentación en Londres del informe Estado de la Población Mundial 2011.
Aunque el desarrollo y el crecimiento económico han provocado una disminución gradual de la fecundidad promedio en el mundo, que en seis décadas pasó de 6 a 2,5 hijos por mujer, el número de habitantes sigue creciendo, en particular debido a un aumento de la esperanza de vida en ese mismo periodo de 48 años a 68 años.
La fecundidad varía sin embargo de 1,7 hijos en los países más avanzados --por debajo de la tasa de reemplazo generacional fijada en 2,1-- a 4,2 en los menos desarrollados, e incluso 4,8 en el caso del África subsahariana, la región que crece con mayor rapidez.
Esto hace que los menores de 25 años representen actualmente casi la mitad (43%) de la población mundial, con la mayoría en los países en desarrollo, y contribuye al progresivo envejecimiento que se registra en menor o mayor medida en todas partes, pero sobre todo en el mundo industrializado.
Atender a estos segmentos crecientes de población --los mayores de 60 años son 893 millones y podrían llegar a 2.400 en 2050-- constituyen dos de los grandes retos, junto con la planificación urbana, así como la gestión de las migraciones y de los recursos naturales.
"No es una cuestión de espacio, sino de igualdad, de oportunidad y de justicia social", estimó Osotimehin, ex ministro de Sanidad de Nigeria.
Porque mientras en los países más pobres la alta natalidad "perturba el desarrollo y perpetúa la pobreza", en los más ricos "la escasa cantidad de personas que ingresan en el mercado laboral suscita inquietud respecto a las perspectivas de crecimiento sostenido y a la viabilidad de los sistemas de seguridad social", subraya el informe de 126 páginas.
Y la presión debería incrementarse todavía más. Según previsiones de la ONU, la Tierra, que gana ahora anualmente unos 80 millones de habitantes --o el equivalente de Alemania--, sumará otros 2.300 millones para 2050 y debería acabar el siglo con 10.000 millones, o incluso 15.000 si la desaceleración de la fecundidad en los países más populosos fuera menor de lo previsto.
Por eso, en aquellos países donde el aumento de la población es más acelerado que el crecimiento económico, es importante facilitar el acceso de las mujeres a la planificación familiar.
"El logro de una población estable es un requisito indispensable para el crecimiento económico planificado y el desarrollo acelerado", escribió el director ejecutivo de la UNFPA.
Con ese objetivo, la UNFPA recomienda invertir para garantizar el acceso de los jóvenes, quienes según Osotimehin "determinarán el impulso del crecimiento futuro", a la sanidad, a la educación y al empleo, una aspiración cada vez más difícil de lograr en el contexto actual y que podría tener consecuencias.
"De la Primavera Árabe a las sentadas en Wall Street, la gente está pidiendo cambios, y la gente joven en particular", estimó Osotimehin.
La población creciente obligará a hacer igualmente frente a problemas como la presión sobre el medio ambiente, especialmente debida a una demanda cada vez mayor de recursos naturales, y sobre unas ciudades en plena expansión, a menudo de forma irregular.
El informe destaca el papel que podría desempeñar una "inmigración ordenada" como vector de desarrollo para las naciones más pobres, que además se beneficiarían de las remesas, y como "fuente de capital" para compensar la falta de mano de obra en las más industrializadas.
"Si desde ahora se planifica correctamente y se efectúan las debidas inversiones en las personas, nuestro mundo de 7.000 millones puede tener ciudades prósperas y sostenibles, fuerzas laborales productivas que impulsen el crecimiento económico, poblaciones de jóvenes que contribuyan al bienestar de las economías y sociedades, y una generación de ancianos saludables", aseguró Osotimehin.
AFP