La mitad del licor adulterado en el país es producido en el departamento de Antioquia, señaló el concejal de Medellín, Róber Bohórquez, quien dijo que es fácil fabricar, adulterar y comercializar licor en la ciudad.
“Por ello no sorprende que el 24 % del licor consumido en Colombia sea adulterado. Sin embargo, Antioquia se ubica por encima de la media nacional con un escalofriante 50 %. Es decir, por cada botella de alcohol legal que se consume, existe otra ilegal en el mercado, lista para ser vendida”, explica Róber Bohórquez.
Respecto de la producción y comercialización del licor, hay tres modalidades ilegales: contrabando, falsificación y adulteración.
El contrabando permite que el licor ingrese al país sin pagar impuestos. De 28 millones de litros de alcohol que ingresan actualmente, sólo el 25 % lo está haciendo de manera legal.
La falsificación consiste en fabricar el licor en alambiques caseros de manera artesanal, produciendo una peligrosa combinación de alcohol impotable y etanol.
Y la adulteración se logra mezclando el licor con alcoholes industriales y colorantes que alteran sus características originales.
Los recaudos del alcohol ilegal financian las actividades de los grupos al margen de la ley en Medellín. La renta ilícita supera los 10 mil millones de pesos mensuales.
“Esta cadena ilícita -que se desarrolla en cuatro etapas: reciclaje de botellas, producción del licor en los alambiques, envasado con jeringas y mangueras, y distribución- muestra de manera clara que estamos ante una actividad organizada y meticulosamente planeada para garantizar una rentabilidad económica, a costa de la salud de los consumidores y las finanzas públicas”, señala el concejal Róber Bohórquez.
Para atacar el primer paso de la cadena criminal de falsificación y/o adulteración de alcohol, denominado "reciclaje", el Concejal de Cambio Radical propone que en cada establecimiento haya una caneca que destruya la botella inmediatamente su contenido sea consumido. Igual propone que se haga con las tapas en cuanto la botella sea abierta. Además espera que los establecimientos públicos cuenten con un escáner de los sellos de las tapas y las botellas, que les garantice a los consumidores que el trago es bueno.