Aunque es conocido que la alimentación en los niños se convierte en factor fundamental para la formación tanto estructural como funcional de sus organismos, muchísimos padres no se preocupan por ella, pese a que también se ha informado que la buena nutrición en los primeros años contribuye enormemente a evitar la aparición de diferentes problemas o desordenes nutricionales.
Para Darío Botero Cadavid, pediatra adscrito a Colsanitas, los buenos hábitos alimenticios desde el nacimiento determinan gran parte de la salud de los pacientes: “los problemas nutricionales vienen en un gran porcentaje de lo realizado en los primeros años. Todos los excesos o déficits tienen repercusiones posteriores”.
Los problemas de nutrición tienen dos caras: la desnutrición y la obesidad, estos desordenes elevan considerablemente el riesgo de sufrir enfermedades crónicas desde temprana edad. Los síntomas presentados varían según cada paciente y deben ser entendidos dentro de un contexto integral.
Ante cualquier inquietud o situación extraña, es recomendable asistir en el menor tiempo posible a especialistas o personal médico que esté familiarizado con el niño. Conoce las cinco enfermedades que pueden surgir en los niños por causa de una mala alimentación.
1. Anemia: entre los síntomas que puede presentar un niño que sufre de anemia están la irritabilidad, la lentitud, la falta de fuerza muscular, pocos deseos de comer y experimentar dolor de cabeza o mareo. Además, la piel se vuelve pálida en la palma de la mano, seca, escamosa y el cabello se torna seco, opaco y pajizo.
Padecer anemia significa que hay bajos niveles de glóbulos rojos en el cuerpo. Aunque hay varios factores que inciden en que un niño la desarrolle, el principal, es el bajo consumo de alimentos que contengan hierro.
2. Diabetes: la sed excesiva, cansancio, idas al baño con mayor frecuencia con alto volumen de orina y los mareos son algunos de los síntomas que indican que un niño puede estar afectado por esta enfermedad.
La obesidad es uno de los causantes de la diabetes tipo 2. A raíz de la obesidad, el páncreas produce menos insulina para controlar los niveles de azúcar, y esto produce un mal funcionamiento en el organismo, para lo cual se requiere tratamiento.
La diabetes tipo 2 se presenta cada vez más en niños y adolescentes, esto se asocia con el tipo de alimentación y el estilo de vida.
3. Hipertensión arterial: los niños que tienen sobrepeso son propensos a sufrir de presión arterial alta. Entre los síntomas se encuentran la dificultad para respirar, alteraciones visuales, dolor de cabeza, mareos y fatiga.
Detectar a tiempo que un niño sufre de hipertensión es clave para evitar que se vuelva un problema mayor, llegando inclusive a convertirse en una enfermedad renal o cardiovascular.
4. Gastritis: este trastorno digestivo se presenta por el consumo frecuente de comidas condimentadas o productos procesados. También por no tomar los alimentos en horarios regulares o incluso en saltarse las comidas como el desayuno o la cena.
La gastritis se presenta como una inflación de la mucosa gástrica y el niño afectado puede tener síntomas como dolor abdominal, vómitos, falta de apetito, nauseas, y en casos más severos, puede estar acompañada con sangrados en los vómitos.
5. Enfermedades odontológicas: el alto consumo de bebidas envasadas, alimentos procesados o dulces aumenta las posibilidades de tener una deficiente salud oral y en especial desarrollar caries y manchas en los dientes.
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