La brecha digital que existe en los países de América Latina afecta directamente su desarrollo económico, pues impide el mejoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes. Por esta razón, la creación de un ecosistema digital inclusivo es uno de los principales retos para los gobiernos de estas naciones.
“La conectividad es un desafío propio de mercados emergentes, ya que de los 4,1 billones de individuos que hoy en día no usan Internet, cerca del 95% está en países en desarrollo”, explicó Marcelo Cataldo, presidente de TigoUne.
Precisamente, este fue el tema que ocupó la agenda del 5° Congreso Latinoamericano de Telecomunicaciones, CLT, realizado en Cartagena y organizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones de Naciones, la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones y la CRC, con el apoyo del Ministerio TIC de Colombia, la Superintendencia de Industria y Comercio y la Agencia Nacional del Espectro, ANE.
Los retos
Como determinaron los expertos que participaron en el panel de cierre del evento, son cuatro los principales retos que tiene América Latina para su desarrollo digital:
•En inversión: Históricamente, los operadores son quienes han asumido la financiación del sector de las telecomunicaciones, a diferencia de como ocurre para la infraestructura física, que es financiada por el Estado.
Por eso, el Gobierno tiene un importante rol para promover la inversión de los particulares en la prestación de servicios de telecomunicaciones, que son la base para que la economía digital llegue a cada uno de los ciudadanos.
El reto está en que "los reguladores tienen que facilitarnos la inversión, no se puede usar el espectro con carácter recaudatorio”, señaló Trinidad Jiménez, directora de Estrategia Global de Asuntos Públicos, Telefónica España.
•En regulación: muy ligado al aspecto anterior, este punto puede considerarse como el principal pilar parar cerrar la brecha digital. Hay una falencia común a todos los países del continente: un rezago en el actual sistema regulatorio que no ha pasado de lo análogo a lo digital, como lo explicó Rodrigo Ramírez Pino, presidente de Regulatel.
“Precisamos de un ambiente regulatorio estable que tenga una visión de largo plazo para recuperar la inversión”, expuso el presidente de TigoUne. “Es necesario considerar que el modelo económico ha cambiado y eso requiere de normas que impulsen la economía digital y respondan a las necesidades actuales de los usuarios”, agregó.
Esto también implica generar incentivos -como lo señaló Daniel Bernal, Director Adjunto Asuntos Regulatorios de América Móvil-, en vez de pensar en “ganadores o perdedores”.
•En inclusión: una de las misiones de la tecnología y la conectividad es ofrecer no solo una igualdad de condiciones de acceso a la información para las personas, sino también de involucrar la participación de los distintos sectores económicos: "Si no hay una alianza público-privada, el objetivo de desarrollo digital puede ser fuente de inequidad", puntualizó José el Castillo Saviñón, presidente de la Junta Directiva de Comtelca.
•En la economía: según el BID, un aumento del 10% en la penetración de banda ancha impacta en un aumento en el PIB promedio del 3,2%. Esto demuestra cómo la inversión en tecnología se traduce en desarrollo económico y productividad. Entonces, “una brecha digital se traduce en brecha social, ya que la falta de acceso a las TIC implica falta de acceso a servicios”, puntualizó Mauricio Agudelo, Especialista Senior en TIC y Telecom del CAF-Banco de Desarrollo de América Latina.
Según Pablo Bello, Director Ejecutivo, ASIET y cet.la, “solo seremos capaces de hacer crecer nuestras economías si incorporamos las TIC en los procesos productivos”. Así, se estima que en los próximos ocho años se necesitará una inversión de US$400 mil millones para poder cerrar la brecha digital en Latinoamérica, según ASIET.