El atentado con coche bomba perpetrado este miércoles en pleno centro de Ankara contra vehículos militares provocó al menos 28 muertos y 61 heridos, anunció el portavoz del gobierno, el viceprimer ministro Numan Kurtulmus.
"Este ataque terrorista cobarde costó la vida a 28 personas. Otros 61 ciudadanos resultaron heridos", dijo Kurtulus ante la prensa, prometiendo que el gobierno "echará toda la luz" sobre este atentado.
"Según las últimas informaciones, el ataque terrorista costó la vida a 18 personas e hirió a otras 45", había publicado muy poco antes el gobernador de la capital turca, Mehmet Kiliçlar, en un comunicado publicado en su sitio en internet.
En un primer balance se mencionaron cinco muertos y 10 heridos, y en un segundo 18 fallecidos y 45 heridos.
Este ataque tuvo como blanco un convoy de vehículos del ejército que se encontraba cerca de la plaza de Kizilay, precisó el gobernador, citado por las cadenas de televisión CNN-Turk y NTV.
El mismo tuvo lugar en las cercanías de la sede del estado mayor del ejército turco y del Parlamento.
En una amplia área podían verse densas columnas de humo y la fuerte explosión se escuchó en toda la ciudad, donde los residentes salían a los balcones de sus viviendas presos del pánico, constató un periodista de la AFP.
El ataque se produjo a las 18h31 locales (16h31 GMT) y su objetivo fueron "vehículos de servicio que transportaban a personal militar", precisó el estado mayor castrense en un comunicado en sus sitio en Internet.
"El ataque terrorista se desencadenó cuando los vehículos se encontraban detenidos ante un semáforo en un cruce" de calles, añadió la fuente militar.
El atentado aún no ha sido reivindicado.
- Reunión de seguridad en Ankara -
Varias ambulancias y camiones de bomberos fueron enviados al lugar del atentado. Además, según la cadena NTV, la explosión tuvo lugar cerca de un complejo de viviendas en el que residen oficiales del ejército.
Los canales de televisión turcos mostraban imágenes de un violento incendio que abrasaba a los vehículos militares.
El portavoz del partido en el poder, Justicia y Desarrollo (AKP), Omer Celik, condenó enérgicamente este ataque, según los medios.
La policía desplegó un cordón de seguridad alrededor del lugar.
Un responsable gubernamental, bajo cubierta del anonimato, dijo a la AFP que el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, anuló una visita que tenía que realizar este miércoles a Bruselas para tratar la crisis de los migrantes, a causa de este atentado en Ankara.
"La visita del primer ministro a Bruselas fue anulada", indicó la fuente.
El jefe del gobierno islamo-conservador participaba este miércoles de noche en una reunión de seguridad con el el presidente Recep Tayyip Erdogan.
- Último de una larga serie -
Turquía vive en estado de alerta permanente desde el verano boreal pasado, cuando empezó una serie de atentados que el gobierno atribuye al grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El más grave fue el doble atentado suicida del 10 de octubre pasado, también en Ankara, en el que además de 103 muertos hubo 500 heridos.
Este ataque fue perpetrado contra manifestantes prokurdos reunidos frente a la estación de trenes de la ciudad y fue atribuido al EI.
La prensa independiente turca denunció meses atrás la ambigüedad del gobierno y su responsabilidad en los atentados recientes.
El 16 de enero, en otro atentado suicida, también atribuido al EI, murieron diez ciudadanos alemanes en el barrio turístico de Sultanahmet, en Estambul.
Además, desde el año pasado el país está inmerso en un nuevo conflicto entre las fuerzas de seguridad y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que rompió el frágil alto el fuego que había durado dos años.
El PKK ataca regularmente a convoyes militares.
El 23 de diciembre, un grupo cercano al PKK hizo disparos de mortero contra la pista del aeropuerto Sabiha Gökçen de Estambul, matando a una persona e hiriendo a otra.