Las grandes líneas de su programa de rigor, entre ellas un ahorro del gasto público de 16.500 millones de euros en 2012, al que se podrían sumar "nuevas medidas en el futuro", fueron develadas ayer en el Parlamento el nuevo presidente del gobierno español, Mariano Rajoy.
"El año próximo tendremos que reducir en 16.500 millones de euros el desfase entre ingresos y gastos", afirmó Rajoy en su discurso de investidura ante el Parlamento, que lo confirmará como jefe de gobierno tras la aplastante victoria de su formación, el Partido Popular (PP), en las legislativas de noviembre.
Y advirtió que el recorte será mayor si no se cumple el objetivo de déficit de 6% del PIB marcado por el gobierno saliente para este año.
Así, si el déficit es de 7%, "tendremos que recortar 10.000 millones más", afirmó, subrayando que el país no tiene tampoco una previsión de crecimiento creíble: "la única es de 2,3% para 2012 que como todo el mundo sabe no se va a cumplir", declaró.
Por todo esto, "no podemos descartar la necesidad de adoptar en el futuro nuevas medidas", concluyó.
El ahorro vendrá de un adelgazamiento del sector público, la no reposición de los funcionarios -salvo en servicios básicos-, una modificación de los días feriados para ganar en productividad y la eliminación de las prejubilaciones, entre otros recortes.
Los mercados y los socios europeos presionaban desde hace semanas para que el PP tomase rápidamente medidas con que enderezar un país duramente golpeado por la crisis, con casi cinco millones de desempleados (21,52%), riesgo de una nueva recesión y turbulencias bursátiles en plena crisis de la Eurozona.
Pero el plan de rigor no vendrá solo. Se sumará a una reforma del mercado laboral y medidas de estímulo económico que incluyen ventajas fiscales para las empresas, deducciones por la compra de vivienda y ayudas a la contratación de trabajadores.
"Las reformas son tan necesarias como urgentes", afirmó Rajoy, asegurando que el nuevo gobierno aprobará en su primer consejo de ministros, el 30 de diciembre, "medidas urgentes en materia presupuestaria" y elaborará muchos de sus proyectos en los primeros tres meses de 2012.
"La primera ley que aprobaremos, la primera piedra de nuestro proyecto reformista, será la ley de estabilidad presupuestaria", que será votada en enero, aseguró Rajoy.
Esta ley orgánica completará la reforma de la Constitución que en septiembre inscribió en la Carta Magna el principio de equilibrio presupuestario e impondrá a partir del 2020 un límite de 0,40% del PIB para el déficit estructural y del 60% del PIB para la deuda pública.
"En segundo lugar, es necesario culminar el proceso de saneamiento del sector financiero", añadió Rajoy.
El sector bancario español sufrió particularmente el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, a la cual estaba muy expuesto, y que le valió una tasa de morosidad del 7,42%.
"Estamos en desacuerdo con muchas de las cosas que ha dicho aquí y también con muchas de las que creemos que va a hacer y no ha dicho aquí", lanzó el líder de la oposición, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, acusando a Rajoy de ocultar "las malas noticias" y de pretender "desmantelar el sistema de bienestar".
"Las políticas de consolidación fiscal excesiva conducen al estrangulamiento de nuestro crecimiento", afirmó, insistiendo en la necesidad de subir los impuestos a los más ricos para llenar las arcas del Estado.
"Mi intención es no subir los impuestos", le dejó muy claro Rajoy, asegurando que su "único y exclusivo compromiso de aumento de gasto" será un incremento de las pensiones de jubilación./AFP