Con el objetivo de construir de la mano de la ciudad una propuesta de Calidad de la Educación para el Desarrollo Humano, que quedará plasmada en un documento que saldrá entre febrero y marzo de 2015, la Misión Calidad para la Educación, con el apoyo de las Naciones Unidas, viene trabajando desde hace un año con diferentes sectores en este tema.
En medio de su análisis, la Misión detectó que una persona debe tener al menos entre 12 (contando pre-escolar) y 14 años de educación para no caer en la pobreza. “En este momento la tecnología exige que uno tenga conocimientos para poder desarrollarla, por lo menos de noveno grado. La más fácil, por ejemplo la agrícola, donde usted tiene que manejar abonos, cómo controlar las plagas, se necesita ciencias naturales y eso lo ve en noveno. Entonces, lo que se ha encontrado es que si se halla una masa crítica que tenga más de once grados de educación, acaba bachillerato, tiene menor probabilidad de ser pobre. Es decir, solo son pobres los que tienen más de sexto de bachillerato el 20 o 25%, y tienen 80% de no ser pobres”, señaló el director del programa, Alfredo Sarmiento, en diálogo con EL NUEVO SIGLO.
Para Sarmiento, en el caso de que una personas sea jefe de hogar y tiene menos de noveno grado de escolaridad “tiene el mismo 80% de probabilidad de ser pobre”, y no sólo él, sino que incluye a sus hijos y sus nietos “porque la mejor manera de reproducir la pobreza es poca educación y de mala calidad”.
¿Y Bogotá?
Si bien en la capital de la República se han trabajado diferentes proyectos para que las personas puedan acceder a la educación fácilmente, solo dos localidades del Distrito llegan al promedio de 12 años de estudio de la población de los 15 a 24 años de edad, de acuerdo con los resultados preliminares de la investigación de la Misión.
Aunque Bogotá sobresale en el promedio nacional, todavía falta para alcanzar la meta. En 2003, la ciudad llegaba al 10.20 frente al 8.57 del resto del país, 10 años más tarde, es decir, en 2013, este número incrementó un poco llegando a 10.39 para Bogotá y 9.51 para la cuenta global del territorio nacional.
Esta cifra, discriminada por localidades queda así: Chapinero (12.0), Teusaquillo (12.07), Usaquén (11.6), Suba (10.86), Engativá (11.15), Barrios Unidos (11.34), Fontibón (11.20), Santa Fe (10.7), Mártires (10.54), Puente Aranda (11.19), Kennedy (10.76), Bosa (10.07), Candelaria (11.35), San Cristóbal (9.97), Rafael Uribe Uribe (10.3), Tunjuelito (10.61), Ciudad Bolívar (9.8) y Usme (9.97).
Estos datos indican que las localidades que alcanzan el promedio estimado para Colombia, de años de educación necesarios para no caer en la pobreza son: Chapinero y Teusaquillo. En la cola se ubica Ciudad Bolívar.
Transformar forma de educar
Otra de las conclusiones que arrojó el estudio salió de la encuesta que se aplicó a 10.501 personas en búsqueda del concepto ideal de Calidad de la Educación.
Allí, la Misión pudo determinar que los estudiantes identificaron que se debe apuntar a una formación artística mientras que los docentes y orientadores caminaron hacia la integración de la familia y comunidad con los escolares.
“La mayor parte de los grupos converge en que lo que se requiere es, más allá de la formación académica, dar formación en arte, incluso en teatro, en música, en danza, en general formación que apoya los comportamientos colectivos”, indica Sarmiento.
Para el director del programa “cuando uno le pregunta al estudiante por qué cree que danzar, hacer música o teatro sirve para la calidad de la educación, la respuesta más común es ‘mire nosotros nos sentimos más apreciados por todos, no me da miedo ahora hablar en público e interactuar (…) y en el caso de la escuela como trabajamos en lo mismo no hay bulling sino hay interacción y nos ayudamos entre todos’. Todos esos factores van más allá del conocimiento pero están midiendo, y en este momento en el mundo hay una gran búsqueda de cómo encontrar pruebas estandarizadas que nos sirvan para ubicar los factores que intervienen en esta calidad”.
En cuanto a la integración de familias y estudiantes, Sarmiento manifestó que “en la ciudad es necesario desarrollar otros sistemas. Lo que hacen normalmente que es obligar a los padres a ir a una reunión en horas de trabajo, pues no tiene futuro porque la gente trabaja”.
Por eso es necesario hacer uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para acercar la comunidad a los profesores y estudiantes. “Posiblemente en el futuro sea con TIC a distancia, que se pueda hacer una reunión más clara con los maestros y padres a horas en que estos últimos puedan (…) en las ciudades hay muchos espacios públicos que no son usados, por ejemplo, las cajas de compensación finalmente son impuestos públicos manejados de manera privada que deberían dejar los campos abiertos a todo”.