Los cuerpos de 12 migrantes, entre ellos ocho niños, fueron recuperados por las autoridades griegas frente a la isla de Samos, en el mar Egeo, tras un nuevo naufragio de un bote procedente de las costas turcas, informaron los guardacostas.
"Hay cinco niños y tres niñas entre las víctimas", informó a la AFP una responsable de la oficina de prensa de los guardacostas.
Una operación de rescate estaba en curso para tratar de hallar a una veintena de desaparecidos, según el testimonio de uno de los diez supervivientes del naufragio.
La embarcación se hundió frente a las costas de Samos, una isla cercana a Turquía y puerta de entrada de cientos de miles de migrantes desde el año pasado a Europa.
El miércoles un naufragio en la isla de Kos, también en el Egeo, causó siete muertos, entre ellos dos niños, y el viernes pasado otros 45 migrantes murieron al irse a pique el barco que los transportaba en la isla de Kalolimnos.
Pese al invierno y a las restricciones impuestas por algunos países europeos, que restablecieron los controles en sus fronteras para impedir el flujo migratorio, en enero llegaron 40.000 migrantes, según la Organización Internacional de Migraciones (OIM).
De las 40.240 llegadas a Europa en lo que va de año por el Mediterráneo, el 84% son refugiados, es decir ciudadanos de países con zonas en conflicto, asegura el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
200 personas murieron en la travesía o están dadas por desaparecidas, según la misma fuente.
Bajo presión de la UE, Grecia trata de contener el flujo migratorio desde el año pasado.
Sin embargo, un informe de la Comisión Europea publicado el miércoles afirma que "Grecia desatendió seriamente sus obligaciones" en el control de las fronteras y le impone medidas draconianas.
Si no las aplica Bruselas se planteará restablecer dos años los controles en las fronteras nacionales de los países del espacio Schengen de libre circulación.