Que haya dirección conservadora de transición sin congresistas: Bocanegra | El Nuevo Siglo
Jueves, 1 de Diciembre de 2011

El Representante a la Cámara propone que ese grupo esté asesorado por los ex presidentes Pastrana y Betancur, presente un informe y llame a un congreso extraordinario.

La creación de una dirección conservadora de transición, asesorada por lo ex presidentes Andrés Pastrana y Belisario Betancur, para que presente un informe trimestral y así convocar un congreso extraordinario, propone el representante a la Cámara Alfredo Bocanegra.

EL NUEVO SIGLO: ¿En su opinión cómo se venía liderando hasta el miércoles el Partido Conservador?
ALFREDO BOCANEGRA: Hay una muy mala Dirección Nacional. El Partido está en una crisis terrible, con unos personajes muy secundarios, que no darían ni para figuras parroquiales, con ínfulas de ser figuras nacionales, sin un alto contenido intelectual, sin una capacidad de liderazgo y sin un reconocimiento de las bases, porque estas ni los conocen, ni los siguen ni los orientan. Quien presidía el Directorio hasta el miércoles ni siquiera es un buen parlamentario, es de muy bajo rendimiento legislativo, a pesar de que lleva muchos años en el Congreso, y las propuestas que él ha matriculado a nombre del Partido Conservador de manera abusiva, no son de la colectividad. Nunca se ha debatido en alguna junta de parlamentarios si vamos a presentar un proyecto para la penalización del tema del aborto. Dentro de toda esta patria boba que ha liderado el doctor José Darío Salazar, el Partido tiene que recuperarse de ese golpe que ha sufrido a expensas, no de los rivales o adversarios, sino de sus propias imbecilidades y equivocaciones.

ENS: ¿Qué nombres le suenan entonces para que lideren la colectividad?
AB: Hay personas que causan mucha más atracción en la opinión y que no son directores de Partido, como Marta Lucía Ramírez, quien causa mayor opinión en todos los sectores colombianos y más respetabilidad de la que genera el Directorio Nacional Conservador junto. Por lo tanto, yo soy de los que acompaño la iniciativa de que se consulte rápidamente a los ex Presidentes conservadores, porque hay un don de consejo que sólo la experiencia y los años les da cierta competencia, por lo menos para ser escuchados. Igualmente soy partidario que se haga una dirección de transición con personal no parlamentario, porque nosotros ya tenemos una investidura y un liderazgo que nos lo otorgan nuestras votaciones, y se entre a estudiar una propuesta de restauración conservadora, la cual debe incluir una reforma de los Estatutos, debe analizar el tema de cambiar el nombre no del Partido, sino de la presentación de la propuesta conservadora en Colombia. Eso viene acompañado de un redireccionamiento de la conceptualización de Partido, que curiosamente es volviendo a los principios del Partido y tomando temas que realmente le preocupen al ciudadano de a pie, como el de la salud, la educación, la democratización del bilingüismo, la dignificación rural, el tema medioambiental que es una bandera conservadora, el imperio de la moral de lo público. Pero aquí los Alirio Villamizar y los ‘uribitos’ siguen vivos porque no se les ha cancelado la patente de conductores de la nave conservadora; de manera que en esas compañías criminales no queremos estar.

ENS: ¿No cree que debe cambiarse la fórmula de la dirección colegiada del Partido por una única?
AB: Yo considero que hay nombres muy importantes por considerar como el de Marta Lucía Ramírez. Los que deben asumir una dirección colectiva no parlamentaria deben ser personas también como el doctor Juan Carlos Echeverry, quien debe ser llamado al servicio activo del Partido, porque él no puede aparecer como el mejor ministro de las Américas y el Partido no tener la misma reputación que ese ministro. Personas como ellas y un grupo asesor que elija la junta de parlamentarios, un senador y un representante que tengan muy buena reputación y calado popular. Yo creo que ese grupo propositivo nos podría presentar una propuesta en el término de un trimestre para hacer un congreso extraordinario y presentarle al país una buena plataforma, no sólo ideológica sino comunicativa, que es lo que hoy mueve al mundo moderno.