Polillas, polinizadoras nocturnas que abundan en la Amazonia | El Nuevo Siglo
Foto cortesía U. Nacional
Viernes, 8 de Diciembre de 2017
Redacción Nacional

En un muestreo mensual que se realiza en la Sede Amazonía de la Universidad Nacional (U.N.) se han colectado más de 310 individuos de la familia Sphingidae -conocidos como polillas- uno de los polinizadores nocturnos más importantes de la región.

Según explica Lilibeth Ortegón Acero, estudiante de la Maestría en Estudios Amazónicos de la U.N., los esfíngidos son una familia de mariposas de hábitos principalmente nocturnos, reconocidos por tener una lengua larga –denominada probóscide– que les permite alimentarse del néctar de las plantas.

“Los esfíngidos son especies migratorias y pueden mantener vuelos prolongados, así que son potenciales dispersores de polen a largas distancias y por eso son considerados importantes polinizadores en comunidades tropicales”, comentó la investigadora Ortegón.

Para estimar la diversidad de estos insectos en la Amazonia colombiana y analizar cómo es su relación con las plantas, la investigadora y su equipo de trabajo realizan una colecta cuatro noches por mes, preferiblemente en Luna nueva, dentro del campus de la Sede de la U.N., el cual comprende alrededor de 60 hectáreas de bosque que está en regeneración hace alrededor de 30 años.

Después de seis meses de muestreo se han colectado 310 individuos que pertenecen a 50 especies de esfíngidos. En el mundo se han encontrado 1.200 especies, de las cuales cerca de 500 se han identificado en el neotrópico, por lo que hasta ahora la cantidad registrada por los investigadores de la U.N. representa una gran riqueza para el reducido espacio estudiado. Además, hasta el momento, la probóscide con mayor longitud que se ha encontrado mide 116 milímetros.

Colectas en Luna nueva

Las colectas se realizan en noches de Luna nueva porque la luz altera los mecanismos fotorreceptores de las polillas haciendo que los insectos se dirijan hacia el foco de luz.

“Extendemos una tela y simulamos luz natural con luz artificial, y de esta forma conseguimos atraerlas. Luego, para capturarlas, se utiliza el extremo de una botella de plástico, lo que permite mantener el individuo en buenas condiciones, sin pérdida de escamas ni contaminación de polen”, detalló la investigadora Ortegón.

Lo ideal es capturarlas en el mejor estado posible, puesto que en estos insectos cualquier detalle es fundamental para identificar su especie.

Por otro lado, por medio de una estación meteorológica instalada en la U.N. también se toman datos como temperatura, humedad, nubosidad y precipitación, para luego analizar cómo pueden influir estas variables en el ciclo biológico de las especies.

Los individuos colectados se llevan al Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna y Flora Silvestre de la Sede Amazonia de la U.N., para luego extraer el polen e identificar el recurso floral de su preferencia. Además se toman otras variables para buscar patrones que relacionen la interacción entre el esfíngido y la flor.

“Queremos mirar si existe relación entre la corola de la flor y la probóscide del esfíngido; también si visitan muchas flores, es decir si son generalistas o si solo prefieren un tipo de flor (especialistas)”, agregó.

El análisis de estos insectos se extenderá hasta julio del próximo año; para finales de 2018 se espera ahondar no solo en el reconocimiento de la diversidad biológica, sino también en el conocimiento de las interacciones ecológicas y el nivel de especificidad en la interacción planta-polinizador.