El fenómeno chino | El Nuevo Siglo
Lunes, 18 de Diciembre de 2017

Se compendia una paradoja de nuestra época, China defiende el libre comercio contra la delegación de Estados Unidos en la actual reunión mundial del comercio en Buenos Aires. El paso del maoísmo al libre comercio, y el del liberalismo anglosajón al encerramiento defensivo.

Los analistas Ng Sauw Tjhoi y Marc Vandepitte en el libro “Made in China”, revelan hallazgos de  vértigo. China tiene hoy veinte veces más barcos de comercio que USA, su economía creció en 165% entre el 2003-2013, mientras los países industrializados crecieron 16%, un obrero chino produce en promedio cinco veces más que hace 20 años. Cada dos años China produce tanto cemento como el producido por Estados Unidos durante todo el siglo XX. Y produce tanto acero como el resto del mundo sumado.

 En Gran Bretaña, donde empezó la revolución industrial, necesitó siglo y medio para duplicar los ingresos por habitante, USA necesitó treinta años. En china ocurre entre siete y diez años, y a mayor escala, su PNB supera el de toda la economía de 154 países. Desde hace cinco años el nuevo modelo de desarrollo del presidente XI Jinping se basa en el mercado interno, el aumento tecnológico y el crecimiento en el sector de servicios. Esto ha reducido las exportaciones, pero ha añadido un 76% en el valor de sus productos exportados. Un 40% de todas las patentes del mundo son chinas más que las de estos tres países juntos: Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. Según el Foro económico mundial “China es sin lugar a dudas un líder mundial en la lucha contra la pobreza”. Y se ha convertido en el campeón mundial en el dominio de los paneles solares y de la energía eólica. Un 33% de su electricidad proviene de energías verdes

Persiste por supuesto la contradicción de un sistema económico capitalista aceptado en la Constitución en 1999, basado en la propiedad privada sobre los medios de producción, y un partido comunista único[MB1] [MB2]  cuya razón de ser es acabar con el capitalismo. Pero al parecer lo están resolviendo al modo chino: las empresas estatales que cotizan en bolsa han modificado sus estatutos para anclar en ellas al Partido Comunista. Los cuadros altos del partido están entrando y comprometiéndose con ese engranaje que es capitalista en sus reglas de juego. Pero eso sí, el director de PetroChina gana doscientos veces menos que el director de Chevron, por ejemplo. Conocedores del fracaso soviético han hecho avances gigantescos en la informática y en el uso de inteligencia artificial. El estado chino sigue dirigiendo en última instancia a la economía y solo acepta al capital extranjero si se somete a sus condiciones. Y en cuanto a salarios medios en la pasada década estos se han triplicado superando los de países como Bulgaria, Rumania y Ucrania, y en los últimos 40 años el consumo de los hogares ha crecido 7,7% anual, inflación incluida. Y en ese lapso, los ingresos del 50% más pobre aumentaron en 400%. ¡Da vértigo!

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