En la presente columna de opinión, que no es más que eso, una columna de opinión de un ciudadano de a pie desde 1995, quisiera plantear la relación existente entre lo que he denominado el posuribismo vs la posverdad; teniendo en cuenta los hechos acontecidos posteriores a la apertura legislativa para el período 2018 – 2022.
El anuncio de un magistrado de la Corte Suprema de Justicia con respecto a la apertura de investigación en contra del hoy ex presidente Álvaro Uribe Vélez, me hizo preguntarme durante toda la semana si no nos encontramos ante el final de una era en el campo político donde, precisamente, el personaje central ha sido AUV.
Desde su llegada al firmamento político nacional, a partir del año 2002, AUV ha permanecido durante 16 años en las altas esferas del poder.
Para las últimas elecciones legislativas el solo senador Uribe sacó más de 800.000 votos, más del 40% del total de votos de toda la lista preferente por el partido Centro Democrático. Es decir que solo AUV sacó 18 veces más votos que su segundo renglón, la senadora Holguín.
Nace, entonces, una pregunta válida: Si, por alguna razón, motivo o circunstancia AUV decide marginarse de la política por voluntad propia, o ajena, ¿Qué le pasará al CD?
Del paradigma que existe por la profunda crisis política generada por el anuncio de la CSJ para llamar a indagatoria a AUV, surge el concepto de la posverdad que vendría ser el corolario de esta paradójica situación.
Según Dune Valle, filósofo chileno, en su ponencia: Globalización y crisis política, ¿Un mundo transparente?, el origen del uso habitual del término de la posverdad está en el sociólogo norteamericano Ralph Keynes, en su libro: Era de la posverdad: deshonestidad y decepción en la vida contemporánea.
La posverdad, hace referencia a la utilización de la desinformación como arma política. Es la mentira que prescinde de los hechos. Es el conocimiento que se convierte en producto del enunciado y no al contrario. La realidad y la verdad se convierten en un estorbo. O, en una anécdota decorativa.
Teniendo en cuenta lo anterior, me pregunto: ¿Si no nos encontramos ante un caso de manipulación de la verdad ante la opinión donde es más importante la emoción de la noticia que la verdad de los hechos? ¿No será que la CSJ se encuentra ante un caso de la manipulación de la mentira para convertirla en una verdad?
Esto, no sería nada nuevo. Goebbels, el estratega de Hitler, pronunció la famosa frase que una mentira repetida cinco veces se convertiría en verdad.
Tantas mentiras se han dicho sobre AUV, que en el colectivo colombiano prevalece una verdad falsa.
Y, claro, para la CSJ, medios de comunicación, se convierte en un bocatto di cadenali, tener entre las cuerdas a AUV por cualquier caso que se presente.
Ambos actores se han dedicado a construir interpretaciones sobre los hechos, muy al estilo de Nietzsche quien comentó, precisamente, que no existen los hechos, sino las interpretaciones.
Al final, me pregunto si no nos encontramos ante un caso de deshonestidad y decepción de nuestra maltrecha vida contemporánea.
Puntilla: La posverdad de AUV será superior a todas las manipulaciones que le tienen en su contra.