¿Sabes qué te fumas? | El Nuevo Siglo
Domingo, 17 de Junio de 2018

Creer que los cigarrillos electrónicos son la solución ideal para quienes buscan dejar de fumar y que no tienen efecto alguno en la salud no es tan cierto como lo pintan.

Fumar es un hábito que mata lentamente no solo a la persona que lo consume, sino a todos aquellos a su alrededor.

Los llamados e-cig o vaporizadores electrónicos, también conocidos como sistemas electrónicos de administración de nicotina, son dispositivos a pila con los que se inhala un vapor, el cual puede contener nicotina, saborizantes y otras sustancias químicas.

Pueden tener el aspecto de los cigarrillos de tabaco tradicionales (en ese caso, se usa el término cig-a-likes en inglés), de un cigarro, de una pipa o hasta de artículos de uso diario como bolígrafos (hookah o vapeador) o memorias USB portátiles.

También hay otros dispositivos que pueden tener un aspecto distinto, como los que vienen con un tanque recargable. Como el narguile electrónico o e-hookah y los mods (vaporizadores más poderosos que se pueden ajustar a las preferencias personales). Independientemente del diseño y el aspecto, estos dispositivos por lo general funcionan de forma similar y están compuestos por piezas equivalentes.

Los elementos que los componen son un cartucho o receptáculo que contiene una solución líquida (e-líquido o e-jugo), un elemento calentador (el vaporizador), una fuente de energía (generalmente, una pila) y una boquilla por la cual se inhala. En muchos cigarrillos electrónicos, al pitar se activa el elemento calentador a pila, el cual vaporiza el líquido contenido en el cartucho. La persona inhala entonces el aerosol o vapor resultante (a esto se le llama "vapear" o vaping en inglés).

Mentiras

Son inofensivos. El uso de cigarrillos electrónicos expone a los pulmones a una variedad de sustancias químicas, incluidas las que se agregan a los e-líquidos y otras producidas durante el proceso de calentamiento y vaporización. Según el doctor Gabriel Robledo Kaiser, de la Sociedad Colombiana de Cardiología, “fuera de la nicotina de èstos, en Chile han hecho estudios que demuestran que los cigarrillos electrónicos usan e-jugos que son conservados con glicerol y otras sustancias. Se sabe que el glicerol es bueno para tomarlo y untarlo pero no para fumárselo, porque esos son aceites que a nivel pulmonar van a hacer mucho daño, y eso sumado a otros metales pesados que le dan olores, genera un mayor riesgo a la salud.”

No causan adicción. Cuando una persona usa un cigarrillo electrónico, la nicotina contenida en el líquido del cigarrillo se absorbe rápidamente en la corriente sanguínea, llevando a un proceso en el que se produce epinefrina (adrenalina) y dopamina, lo que produce un estímulo físico y químico en el sistema nervioso central, la presión arterial, el ritmo respiratorio, la frecuencia cardiaca y el cerebro. Estas sensaciones motivan a algunas personas a consumir nicotina repetidamente a pesar de los posibles riesgos para la salud y el bienestar.

Ayudan a dejar de fumar. La eficacia de los cigarrillos electrónicos, como intervención para la cesación tabáquica, sigue siendo incierta debido a los datos limitados existentes provenientes de estudios clínicos randomizados.

Verdades

Es cierto que los cigarrillos electrónicos son menos perjudiciales en cuanto al consumo de nicotina, debido a que las cantidades de esta en los e-líquidos es menor que la de un cigarrillo tradicional.

Los efectos que pudieran tener los cigarrillos electrónicos sobre la salud son desconocidos, las observaciones iniciales sugieren que pueden actuar como un producto de iniciación para adolescentes y preadolescentes que con el tiempo pasan a consumir otros productos de tabaco, incluidos los cigarrillos que, como se sabe, causan enfermedades y muerte prematura.

Análisis de los líquidos y aerosoles para los cig-e comercialmente disponibles mediante cromatografía asociada a espectrometría de masa, han revelado la presencia de constituyentes que no aparecen en la lista de ingredientes.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Berkeley en asociación con el Instituto para el Control Mundial del Tabaco y la Universidad Johns Hopkins de ciertos productos para cigarrillos electrónicos reveló que el vapor contiene sustancias cancerígenas y productos químicos de conocida toxicidad, al igual que nanopartículas de metales potencialmente tóxicos provenientes del dispositivo mismo. El estudio demostró que los e-líquidos de ciertas marcas de cigarrillos con aspecto de cigarrillos tradicionales (cig-a-likes) tienen un alto contenido de níquel y cromo, que podrían provenir de los serpentines de calentamiento del dispositivo vaporizador, que están hechos de nicromo. Los cig-a-likes pueden contener además niveles bajos de cadmio, un metal tóxico que también se encuentra en el humo de los cigarrillos y puede causar problemas respiratorios y enfermedades.

La nicotina, en cualquiera de sus formas, es una droga sumamente adictiva y dañina para la salud. Las investigaciones sugieren que hasta puede cebar o predisponer el sistema de recompensa del cerebro y, de esa manera, poner a quienes usan cigarrillos electrónicos en riesgo de volverse adictos a otras drogas.