Por un mundo sin odio | El Nuevo Siglo
Viernes, 19 de Enero de 2018

A propósito de las declaraciones del Presidente Trump en las que, según los medios, apela a un lenguaje escatológico, discriminatorio y desobligante para referirse a países que se distinguen por ser de raza negra, como es Haití  o el África; o maltratados por la violencia como El Salvador, cuyas comunidades han tenido que salir al exterior a buscar refugio y apoyo que, además, han sufrido mucho la pobreza y la desigualdad, debemos decir que representan lo que en la geopolítica se conoce como tercer mundo.

De esta suerte no debe el presidente del país, cuya sociedad a lo  largo de los años ha librado una lucha sin cuartel por el reconocimiento de los derechos civiles de los ciudadanos, que incluye a los negros, revivir sentimientos de discriminación y xenofobia, que se creían superados, para estigmatizar los países mencionados.

Se le olvida al presidente de los Estados Unidos que fue precisamente un republicano, Abraham Lincoln, cuya doctrina debería defender, el que hizo una de las mayores contribuciones a la causa de la libertad y la igualdad racial en el mundo occidental, como fue acabar con el horror de la esclavitud, a la que se oponían los Estados del Sur y la Corte Suprema de entonces, que supuso una guerra civil y el sacrificio de la vida preciosa de Lincoln.

Los prejuicios raciales y las consecuencias del odio han sido muy graves para la humanidad, porque han producido los peores vejámenes contra el género humano, como fue el genocidio contra los judíos y el exterminio de armenios, que ha obligado a la comunidad internacional, a través de las Naciones Unidades, a expedir distintos instrumentos para proscribir esas prácticas de discriminación e intolerancia.

Lo anterior también ocurrió con los mexicanos en la campaña presidencial,  y por ello Trump prometió construir un muro, que - según dijo- seria instalado por ellos mismos y que, hasta la fecha, afortunadamente, no se ha iniciado y lo propio sucede con la comunidad hispana residente en los Estados Unidos.

Es claro que en algunos de los países referidos hay carteles de la droga, hay delincuencia organizada, y han servido de tránsito a redes de trata de blancas, pero ese no es el grueso de sus ciudadanos. Los que se dedican a delinquir hay que castigarlos en esos países y por fuera de ellos.

Como diría Barbara Balser, antigua Presidente de la Liga Antidiscriminación -ADL- en ese país quien promueve campañas antidiscriminatorias, como la que adelantó con la canción Imagine de John Lennon, para rendir tributo a las víctimas de crímenes de odio, entre ellos el icono de los derechos civiles Martin Luther King Jr, Mientras trabajamos por lograr un mundo más respetuoso y libre de prejuicios, recordamos a aquellos que perdieron la vida a consecuencia del odio, el terrorismo, el extremismo y el genocidio. Rendimos tributo a estos maravillosos individuos y a los seres amados que perpetúan se legado, imaginando lo mucho que habrían podido contribuir a nuestra sociedad y a nuestro mundo si hubiesen sobrevivido”.