Gente. La batalla social del Ejército en el norte de La Guajira | El Nuevo Siglo
LOS NIÑOS, mujeres y hombres indígenas ven a los soldados como amigos, pero también como solución a muchos de sus problemas. /Foto - Cortesía
Viernes, 8 de Diciembre de 2023
Redacción Nacional

UN JOVEN cucuteño nunca imaginó que La Guajira es multilingüe y pluricultural, que, además se puede entrar en contacto con la naturaleza, mezclarse con las diferentes comunidades indígenas y llevar a los niños por primera vez a una sala de cine.

Se trata del teniente coronel Styk Amaral Reyes Monsalve, comandante del Grupo Mecanizado Número 2 “Coronel Juan José Rondón”, en Buenavista, en el sur de La Guajira, quien gracias a su formación de Especialista en Educación de la Universidad Piloto de Colombia y magíster en Educación de la Universidad Javeriana, llega al corazón de las diferentes comunidades indígenas para atender sus necesidades y requerimientos.

El oficial de Caballería explica que los soldados, suboficiales y oficiales “recibimos una capacitación sobre los usos y costumbres con las comunidades indígenas. El Gobierno Central y nuestro Ejército Nacional se encargan de capacitar a todo el personal que llega a la unidad para que haya choques culturales que, de una u otra forma, nos pueden alterar ese buen ambiente y la excelente relación Ejército – comunidad”.

Afirma que “la defensa de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario están por encima de todo. Esa es la instrucción principal que está transversalizada con cualquier instrucción que nosotros veamos y, como reza el Código de Honor del soldado, el respeto por la Constitución y la Ley”.

Reyes Monsalve narra en su diálogo con EL NUEVO SIGLO que “con la comunidad indígena tenemos mucha cercanía en esta región del país. Particularmente, hay unas comunidades étnicas muy grandes. Estamos trabajando con ellos apoyándolos en todo lo que podemos. También es un trabajo de la mano con algunas administraciones”.

Revela que “cada tanto, estas comunidades requieren del suministro de agua potable y nosotros hacemos las coordinaciones entre las Fuerzas Militares, las administraciones de cada municipio y se suministra el líquido vital que es una de las necesidades más sentidas para los habitantes”.

Insiste en que “es un abastecimiento periódico que se hace con algunas comunidades indígenas y que se adquiere en municipios como Distracción, Barranca y Fonseca, entre otros. Se recolecta el agua potable en vehículos carrotanques y se lleva hasta estas comunidades, reitero, una necesidad sentida que nosotros ayudamos a solucionar”.

 

Sin embargo, el oficial precisa que “tenemos un plan de pedir un apoyo al Gobierno Central, porque tenemos unas deficiencias con un carrotanque que se necesita para seguir apoyando este suministro de agua potable a las diferentes comunidades. Es una necesidad sentida”.

Asegura que “seguiremos incrementando nuestros planes, todos los acercamientos, todas nuestras campañas de acción psicológica que los ayuden. Nosotros los acompañamos en muchos requerimientos y todo lo que podamos hacer lo seguiremos haciendo y por supuesto siguiendo las directrices del Gobierno Central, del Ministerio de la Defensa y de nuestro Ejército Nacional”.

“Los líderes indígenas se preocupan para que sus hijos que presten el servicio militar no sean llevados a otras regiones y nosotros por supuesto que nos ponemos a su disposición para que sea lo mejor para ellos y que estén cerca a sus hogares. Es una experiencia maravillosa y nos acerca más. Es una solicitud entendible, porque quieren tener a sus hijos cerca y de eso se trata”, precisa.

Departamento multilingüe

Destaca que “todos creen que La Guajira es solo desierto, tunas, cactus y sequía, pero es todo lo contrario, debido a que este departamento es multilingüe y pluricultural que cuenta con cinco grupos indígenas: wayuu, kinqui, ika, kogui y wiwa. Los llamados criollos residen principalmente en los asentamientos urbanos y los euroasiáticos: árabes o “turcos”, en Maicao.

Pero también, insiste el oficial, en que La Guajira se puede entrar en contacto con la naturaleza, apreciar los bellísimos flamencos en su santuario y conocer el ecosistema del Parque Nacional Natural Serranía de Macuira.

Afirma que “no contemplaba en ningún momento de su vida y menos como oficial del Ejército trabajar en La Guajira, región maravillosa y llena de oportunidades para construir paz y laborar por el progreso y desarrollo del departamento. Esas son las bondades que nos brindan nuestras Fuerzas Militares de conocer y trabajar con las comunidades”.

Revela que su esposa Marlen Johana y su hija Isabela le acompañan en su trabajo con las comunidades de los ocho municipios que tiene a cargo del Grupo Mecanizado Número 2 “Coronel Juan José Rondón”, en el sur de La Guajira: Barrancas, San Juan, Distracción, Fonseca, El Molino, La Jagua, Urumita y Villanueva”.

Aclara que “nosotros respetamos totalmente sus usos y costumbres y cualquier acercamiento que haga el Ejército e incluso la Fuerza Pública con ellos, se habla primero con sus líderes, con sus palabreros, con sus cabildos y con sus gobernadores. Todo se concreta con ellos y se les ayuda en capacitaciones, en cuidar el medio ambiente, en algunos trabajos y en muchas otras iniciativas en la que podemos ayudarlos y por esta razón tratamos de hacerlo constantemente”.

Por otro lado, destaca que “los niños, las mujeres y los hombres indígenas ven a los soldados como amigos, pero también como solución a muchos de sus problemas, no solo en materia de seguridad, sino también en solución en los proyectos sociales, los planteamientos que hacen las administraciones en materia de educación y en la producción agrícola. De todas estas iniciativas nuestros soldados se preocupan por ayudar”.

Reyes Monsalve agradece a los empresarios y empresa privada la ayuda que considera de vital importancia para poder llevar a los niños indígenas a conocer por primera vez una sala de cine y conocer ese mundo fascinante y maravilloso del séptimo arte.

“No tiene precio ver esas caras de satisfacción, de asombro y de alegría. Muchos se sorprenden, pues nunca se imaginaban cómo era el cine. Para algunas personas solo se trata de un teatro y de una película, pero para ellos y para nosotros es lo más importante. Ver la cara de felicidad, de asombro y de alegría de nuestros niños indígenas, eso paga todo”, insiste el oficial.

Narra que “cada vez que podemos hacer el desplazamiento a Valledupar para asistir a una sala de cine con nuestros niños indígenas lo hacemos con mucho gusto y por supuesto con la colaboración de la empresa privada, porque para ellos también es importante el bienestar de estas comunidades”.

Anota que en algunos municipios existen atractivos turísticos y por esta razón aparecen extranjeros.

Señala que “por ejemplo hay un sector que se conoce como El Manantial y está cerca al corregimiento de Cañaverales, en comprensión municipal de San Juan. Allí hay un nacimiento de agua espectacular. La gente y los extranjeros que oyen de esta maravilla de la naturaleza quieren conocerlo”.

Acota que “hay unas personas que se encargan de cuidar esta maravilla de la naturaleza y ellas tienen una cultura y una educación para enseñar a la gente a que disfruten y que la protejan. Es allí donde también nuestros soldados que se preocupan por preservar estos sitios ayudan a la limpieza, al cuidado y a la protección de estos recursos naturales tan importantes”.

Confirma que “vienen europeos y americanos a conocer el folclor, la cultura vallenata, su comida y otras bondades. El municipio de Villanueva es ampliamente conocido por el festival “Cuna de Acordeones”.

Agrega el coronel Reyes Monselva que “los turistas también vienen a conocer los bailes que sobresalen en la cultura wayuu: el Yonna, en el que un hombre baila de espaldas, mientras las mujeres lo tratan de forzar para que se caiga y el de Cabrita o Kaulayaa, que se hace para dar agradecimiento a las cosechas. También buscan sus comidas típicas: el friche del chivo y sus derivados y el arroz de cecina”.