Los ‘neomesías’ cambian reglas de juego para seguir en el poder: Pinzón | El Nuevo Siglo
EL deterioro democrático en América Latina y el Caribe se debe a los regímenes autocráticos operantes y a que hay gobiernos que tras llegar al poder usando la democracia reforman el sistema para tratar de seguir en él: Juan Carlos Pinzón. / Archivo AFP
Sábado, 20 de Abril de 2024
Redacción internacional

EN VARIOS países de América Latina la democracia dejó de existir y hay otros que estarían en camino a hacerlo, ya que sus gobernantes están dispuestos a alterar el orden constitucional e institucional para mantenerse en el poder.

Así lo expresó en diálogo con EL NUEVO SIGLO el exembajador, exministro de Defensa y excandidato presidencial Juan Carlos Pinzón, actual representante para la región en la Universidad de Princeton, quien también se refirió al auge de los “‘neomesías’ que una vez en el poder se interesan únicamente en crear una narrativa para permanecer en él y, sobre todo para crear un conflicto entre la sociedad”.

Las pantomimas electorales en algunas naciones, las crisis institucionales en otras y el esfuerzo económico en varias, entre los temas que trató.

EL NUEVO SIGLO: Los diversos informes conocidos sobre el estado de la democracia en el mundo han evidenciado un retroceso en esta forma de gobierno. ¿Cuáles son las causas?

JUAN CARLOS PINZÓN: En términos generales, América Latina siempre fue vista como la región donde la democracia ha operado, en particular en los últimos 20 años. Pero en los últimos siete, de acuerdo con la unidad de inteligencia de “The Economist”, la calidad de la democracia viene decayendo, de manera sostenida. ¿Y eso está asociado a qué? Primero, a la presencia de regímenes autocráticos en la región: Venezuela, Cuba, Nicaragua, totalmente consolidados. Segundo, el hecho de que hay gobiernos que han llegado al poder usando la democracia y luego reformando el sistema democrático para tratar de permanecer en el poder. Y por último, un tema muy delicado y es el hecho de la presencia del crimen organizado, que a través de mecanismos de corrupción va tomando control de las instituciones y de una u otra manera se va posicionando en el poder político.

ENS: ¿Cómo ve la situación de la democracia en América Latina?

JCP: Coincido en que la democracia es una institución demasiado importante, pero al mismo tiempo viene en deterioro acelerado. Y es por esta razón, porque hay unas nuevas realidades populistas a las que no les interesa el bienestar de la población, que se hacen elegir con el dolor y las necesidades de la gente, pero lo que realmente quieren es permanecer en el poder y luego justificar todo su fracaso, que está basado en su ignorancia e incapacidad para gestionar, ejecutar y producir resultados, echándoles la culpa a los demás. Eso es muy delicado y es algo que hemos venido viendo en varios países.

ENS: ¿Hay un cansancio o desilusión de los electores con los líderes de los partidos tradicionales y optan por el populismo o los llamados ‘outsider’ de la política?

JCP: Desgraciadamente hay mucha gente que se presta para hacer un poco el `mesías’ y los ‘mesías’ no resuelven los problemas de un país. Los que resuelven los problemas son las instituciones, los procesos de buena gestión y por supuesto los resultados que se generan a partir de políticas bien diseñadas, bien ejecutadas y bien evaluadas. Y eso es fundamental. ¿Entonces qué pasa? A la ciudadanía hay que hablarle porque por supuesto que están cansados, están cansados de los corruptos, están cansados de la impunidad, están cansados de la falta de mejoras en materia social, están cansados y frustrados de ver que hay una cantidad de gente que promete cosas que nunca cumple y no va a cumplir. Pero la solución –están buscado el antídoto– es a veces peor que la enfermedad, que son estos populistas, estos ‘neomesías’ que de una u otra manera lo que hacen es aprovecharse del dolor –como ya lo dije– para luego, cuando gobiernan, no tener la calidad de simplemente resolver los problemas y simplemente se agravan los problemas de la gente. Y es ahí donde vienen las crisis institucionales que estamos viendo, porque entre otras cosas, muchas veces estos ‘mesías’ están dispuestos a cambiar las reglas de juego y alterar la democracia para permanecer en el poder al costo que sea.

ENS: La región ha tenido varias experiencias de elegir como presidentes a personas sin experiencia pero con impacto retórico. ¿Cómo ve esta situación y qué riesgos entraña?

JCP: La mayor claridad que uno puede tener hoy es el resultado. Y el resultado es que América Latina es la región que menos crece en el mundo cuando se compara con las regiones emergentes. Crece menos que África, Asia, los países de Oriente Medio, Europa Oriental y Asia Central. Y lo digo ahora frente al tema de Colombia con mucha preocupación. Y de las economías grandes de América Latina la que menos crece es Colombia. Entonces, ahí está el tema que hay que empezar a visualizar, que con esto no se reduce la pobreza y la inequidad. En contrario, lo que se va generando es un deterioro de las instituciones y de la capacidad real de resolver problemas. Ahí es donde estamos.

ENS: ¿En qué países de la región considera que la democracia está más amenazada?

JCP: Hay países donde ha dejado de existir, aunque siguen haciendo una mímica de democracia. Por ejemplo, Venezuela y Nicaragua. Ni siquiera menciono a Cuba, porque es claro que es una dictadura desde hace más de 60 años. Pero en el caso de los dos primeros aún hacen elecciones y se prestan para ese tipo de procesos electorales tratando de mantener la legitimidad, pero en últimas con la certeza de que lo que están haciendo es básicamente permaneciendo en el poder, porque lo que hacen es eliminar a los competidores e impedir que otras personas puedan participar de los procesos electorales, si es que no perseguir judicialmente o exiliar a quienes realmente pueden enfrentarlos. Pero esa mala costumbre viene siendo, poco a poco, copiada por otros países y este es el tema que preocupa. No se puede permitir que ocurra en otros países, porque el daño que se les hace, ni siquiera a las instituciones que ya de por sí es importante, sino a las posibilidades de la gente de mejorar su vida y de tener libertad, es un asunto de la mayor gravedad.

ENS: La consolidación de Bukele en El Salvador es un caso atípico en la región. ¿Por qué muchos países región quieren imitarlo?

JCP: En el tema Bukele preocupa también el hecho de que haga reformas institucionales que, de alguna manera, afecten la institucionalidad. Pero allí hay una cosa particular y es que era uno de los países más violentos del mundo hasta hace dos o tres años, es hoy tal vez uno de los países con mayor seguridad en la región. Entonces lo que allí hay es una efectividad en políticas, que le han mejorado la calidad de vida a las personas y que hacen que haya una ilusión. Pero por supuesto, para que ese país avance es muy importante que sus instituciones puedan producir resultados en manera económica y social, y que de una u otra manera se asegure que el proceso democrático continuará hacia el futuro.

ENS: ¿Cómo ve la corrección que Milei le está aplicando a Argentina tras poner fin a décadas de gobiernos de izquierda?

JCP: Lo más importante allí es que Milei llegó con un discurso un poco disonante, pero se ha enfocado en producir resultados efectivos en materia de reducción de la inflación, que están trabajando para eso, y en materia de reducción del déficit o hueco fiscal que ese país tiene de manera intensa. Pero aún es muy temprano para hacer una evaluación sobre cómo va a terminar esto. Lo que si es cierto es que el mismo Fondo Monetario Internacional estima que el país que más va a crecer en América Latina, excluyendo Guyana que es un caso particular por el momento que está viviendo, es Argentina. Entonces esto es algo que vale la pena observar, así como el reconocimiento que las mismas autoridades del FMI han hecho en relación con el ajuste fiscal que se está dando en ese país, que va creando una perspectiva positiva para la inversión. La pregunta es si esto va a ser sostenible y cómo asegurarse que sea un proceso de largo plazo.

ENS: Venezuela se apresta a realizar la elección presidencial evidentemente sin transparencia ni libertad. ¿Ve que la oposición, pese a la persecución y veto, tiene chance de ganar?

JCP: Yo no creo que en Venezuela haya realmente un proceso electoral, allá lo que hay es una forma que el gobierno ha identificado para poder crear una legitimidad con unos votos. Lo llaman elecciones, pero no es un proceso democrático. Para ser realistas, allí lo que está ocurriendo es simplemente una actuación, eso es una pantomima de elecciones, luego yo no creo que nadie serio pueda darle ninguna credibilidad a eso que están tratando de hacer, que no es otra cosa sino formalizar la permanencia eterna de Maduro y sus secuaces en el poder.