Y la FED se movió… | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Diciembre de 2016

Tras más de un año con todos los ojos puestos sobre una eventual decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) en torno al esperado aumento de sus tasas de interés, ayer por fin se cumplió el pronóstico. Los tipos fueron subidos en 25 puntos básicos, dejándolos en un rango entre 0,50 por ciento y 0,75 por ciento. De inmediato, como en un efecto dominó, se empezaron a sentir los primeros coletazos de la medida tomada por la banca central norteamericana. El dólar se fortaleció frente al euro, Walt Street cerró a la baja y el precio del petróleo retrocedió en los principales mercados. No se puede hablar todavía de una reacción en cadena, ya que cuando se anunció la decisión de la FED muchas ruedas bursátiles y cambiarias estaban ya cerradas o a mitad de camino. En el caso colombiano, por ejemplo, el peso le ganó algo de terreno a la divisa norteamericana, en tanto que la Bolsa de Valores cerró a la baja. 

Ya hoy se podrá tener un escenario más real sobre el efecto a nivel global del aumento de las tasas de interés en Estados Unidos pero, sobre todo, de la previsión por parte de la FED de que en 2017 podrían darse tres o cuatro alzas similares, lo que podría llevar a que en un año se esté alrededor de 1,50 por ciento o incluso 1,75 por ciento. Al decir de no pocos analistas ya el entorno económico mundial tenía previsto que la Reserva Federal se movería, pues los indicadores de empleo, inflación, PIB, consumo, cartera financiera y otros en EU permitían concluir que la recuperación del sistema productivo estadounidense estaba madura para afrontar el alza de intereses. Pero lo que muy pocos esperaban es que se previera que la escalada sería de esa magnitud para el próximo año.

¿Qué viene ahora? Hay varias lecturas al respecto. Una primera señala que por más que la FED se haya movido, el panorama a corto plazo sólo se irá vislumbrando cuando arranque el gobierno del presidente electo Donald Trump, en la tercera semana de enero. Es claro que si bien sus promesas en campaña iban desde una disminución de impuestos a las empresas y un ambicioso plan de modernización de infraestructura, sólo cuando su equipo económico empiece a tomar las primeras decisiones en ese u otro sentido se sabrá, no sólo el impacto fiscal de su programa, sino a qué deben atenerse los mercados.

También hay expertos que consideran que no se puede prever que habrá un regreso rápido de capitales al mercado estadounidense en pos de una plaza de mediana rentabilidad pero segura, ya que hay otros elementos que entran a jugar en el escenario, como el efecto de mediano plazo del pacto de la OPEP para recortar la producción de petróleo y presionar una alza en la cotización de barril. Igualmente todavía no se sabe a ciencia cierta qué pasará en la Unión Europea en donde el comienzo de la aplicación del Brexit en 2017 y los cambios políticos en Italia y Francia podrían modificar las perspectivas del bloque. Igual no hay claridad sobre varias economías emergentes asiáticas y el rumbo de China.

Así las cosas, el efecto del alza de las tasas de interés en Estados Unidos, tras pasar casi todo el 2016 en medio de la expectativa e incertidumbre mes tras mes, sólo podrá medirse con algún grado de certeza al cerrar el primer trimestre de 2017, sobre todo si en ese lapso la FED vuelve a incrementarlas, acorde con su previsión de ayer. 

Para Colombia es evidente que la expectativa es mayor, pues el aumento de los tipos interbancarios en Estados Unidos se da en los precisos momentos en que el sistema productivo de nuestro país considera que si la inflación continúa retrocediendo es viable que el Banco de la República empiece a bajar sus tasas de intervención, después de varios meses de haberlas incrementado para tratar de frenar el costo de vida. 

Así las cosas, el arranque económico de 2017 será bastante movido. Hay circunstancias estructurales y coyunturales que todavía no se sabe qué rumbo tomarán, por lo que hacer un pronóstico sobre lo que podría pasar a partir de la decisión ayer de la FED resulta demasiado aventurado. Incluso hay quienes sostienen que la recuperación de los principales indicadores macro y micro de EU no es tan irreversible como se prevé. Habrá que esperar, entonces, qué pasa semana tras semana.