Danza Butoh: recuperando los cuerpos robados | El Nuevo Siglo
Lunes, 12 de Septiembre de 2011

Los bailarines de la prestigiosa compañía estarán por primera vez en Medellín en el Teatro Metropolitano el 20 de este mes a las 8 de la noche.


EL PRIMER bombardeo nuclear en 1945 sobre objetivos civiles en la historia de la humanidad en Hiroshima y Nagasaki, trajo consigo la rendición incondicional de Japón ante las fuerzas aliadas.


Con el correr del tiempo, las imágenes de algunos sobrevivientes de aquel holocausto nuclear, que caminaban desorientados, con sus cuerpos quemados y con los globos oculares reventados y colgando sobre sus mejillas, produjeron una reacción de asco y repulsión entre los japoneses. Así nació el Butoh, "la danza hacia la oscuridad".


Algunos lo clasifican como un paso intermedio entre la danza y el teatro, otros como una poesía grosera. Sin embargo, uno de los creadores del Butoh, Tatsumi Hijikata (1928-1986) pensaba que su arte tenía el propósito de recobrar el cuerpo primigenio "el cuerpo que nos ha sido robado".


A los 93 años, Kazuo Ohno, uno de los creadores de esta forma única de danza japonesa, nos habla de su significado. Cómo recobrar el cuerpo desde el vientre materno es una de las claves que entrega este maestro conocido en todo el mundo.
Hijikata y su obra homo erótica Kinjiki (Colores Prohibidos) escandalizaron a la comunidad artística nipona en 1959, la que entonces cultivaba formas occidentales de baile. El mismo Hijikata presentó varias obras consideradas repulsivas y que nunca se habían visto en el Japón de pos guerra ni en ninguna otra parte del mundo.


En una de ellas bailaba con los ojos desorbitados, una falda rosada y un pene metálico de grandes proporciones atado a su pubis. Así Hijikata, junto con el otro fundador del Butoh llamado Kazuo Ohno (1906-) dieron un vuelco de 180 grados desarrollando una representación única del cuerpo en movimiento, que desafió lo convencional y que hoy es conocida en el mundo entero. Hijikata murió sin llegar a envejecer, mientras que Ohno tiene 93 años y es el representante de mayor edad que sigue dando funciones en solo y enseñando.


A una hora al sur de Tokio, en las faldas de un cerro en Yokohama, tres veces por semana unos 15 estudiantes de todas las edades y de distintas partes del mundo llegan al salón de práctica.


El salón está repleto de recuerdos, fotos de Ohno tomadas en las principales capitales del mundo, caligrafías japonesas, recuerdos y unos posters enmarcados de "La Argentina". La bailarina española Antonia Mercé ejerció una influencia decisiva en la vida de Ohno cuando éste aún era muy joven y trabajaba como profesor de educación física en un colegio de niñas. Ohno quedó tan impresionado con la obra "La Argentina", que comenzó a estudiar danza moderna.


Sankai Juku


Sankai Juku significa "taller de la montaña y el mar", dos elementos básicos de la topografía japonesa. Fue creada en 1975 bajo la dirección de Ushio Amagatsu, que pertenece a la segunda generación de bailarines de Butoh.


Para Amagatsu, Butoh no es solo una técnica nueva o un estilo académico, sino una manera de llegar, a través del lenguaje corporal, a lo profundo del ser humano: al sentido común, a la serena universalidad, incluso a la crueldad o a la brutalidad.


En 1980 Sankai Juku fue invitada por primera vez a Europa para participar en el Festival de Nancy. Desde entonces, ha realizado giras por ese continente, Asia y América del Sur, Estados Unidos y Australia.


Sus miembros viven y preparan sus nuevos trabajos en Japón, pero desde 1983 sus producciones son finalizadas en Francia y estrenadas en el Théâtre de la Ville de París.


Las obras de Ushio Amagatsu se convierten en un lugar de meditación placentero sobre este arte lleno de misterio, surgido como una de las primeras expresiones del hombre.