La novela de Thomas More: “Libelas vere aureus, nec minus salutaris quam festivus, de optimo reipublicae statu, deque nova insula Vtopi” ("Librillo verdaderamente dorado, no menos beneficioso que entretenido, sobre el mejor estado de una república y sobre la nueva isla de Utopía"), nos lleva hacia un lugar llamado “Utopía”, que a su vez significa “lugar que no existe” o “lugar bueno”.
Así bien, Utopía es una isla en donde reina la paz, la propiedad común, existe la justicia y se goza de un sistema parecido al de la República. Para Tomás Moro, este lugar era el ideal, en contraposición con su realidad, esa misma realidad de la Europa de 1500, que daba comienzo al siglo XVI. Un siglo que comprendió la conquista y la exploración del Nuevo Mundo, a merced de los españoles y portugueses, asimismo, las reformas protestantes y el ascenso del Imperio otomano.
En Utopía la libertad religiosa es una realidad y hay condena contra las “conversiones forzosas” que tanto afectaron a los judíos de la época en principio, pero que también afectaron a los musulmanes y a los nuevos cristianos protestantes. En Utopía está prohibida la caza y la discriminación hacia individuos menos favorecidos.
Utopía está situada cerca al Nuevo Mundo, de hecho su protagonista Hitlodeo fue parte de la tripulación de Amerigo Vespucci. Luego de viajar por la América del sur, más allá de la línea ecuatorial, arriban a un lugar con un clima y población similar al de Europa, y es allí, en la antípoda, donde se encontraría la isla de Utopía.
Thomas More es considerado como santo por la iglesia Católica y para la iglesia Anglicana, debido a su injusta muerte por orden del tirano rey Enrique VIII. Thomas Morus -en latín- había sido lord canciller de Enrique VIII, también fue pensador, escritor, poeta, traductor, teólogo, abogado y político.
Utopía fue escrita en Amberes, en la rica región de Flandes. Tomás Moro -castellanizado- fue inspirado por el otro gran sabio de Renacimiento, Erasmo de Róterdam, para escribir esta obra, que luego fue reconocida por todos los sabios de su siglo y a posteriori. Tomás Moro era un idealista y siempre, hasta su muerte, estuvo en contra de la tiranía.
Cuando Moro iba ya a ser decapitado, conservando su característica ironía británica, le dijo al oficial que lo escoltaba: “Le ruego, le ruego, señor teniente, que me ayude a subir, porque para bajar, ya sabré valérmelas por mí mismo”. Y, conservando su fe eterna en Dios, les remitió a los participantes de su fin existencial: “Muero siendo el buen servidor del rey, pero de Dios primero”.
Del mismo modo, el guionista británico Denis Kelly tituló como Utopía una miniserie de suspenso conspirativo, que remitiéndose a la teoría de superpoblación del pastor y economista Thomas Malthus, busca recortar la población mundial por medio de un virus. Malthus propuso hallar el equilibrio mediante la muerte, utilizando el hambre, el aborto, la guerra y las pandemias. La serie británica muestra cómo una novela gráfica de culto - “The Utopia Experiments”- revela lo que le depara al mundo. Un virus que sirve para crear una vacuna, que terminará dejando estériles a quienes se la dejen poner. Así que, la esterilidad es la forma para reducir la población y el virus solo el pretexto ¿El fin justifica los medios?
@rosenthaaldavid