Sobre tierra firme | El Nuevo Siglo
Jueves, 11 de Abril de 2024

Para la estabilidad de un edificio, se requiere de base “roca firme”, como lo advirtió el mismo Jesús de Nazaret (Mt. 7,24-27). Esa roca firme no son antojos de momento, o aquello que haga llevar al triunfo caprichoso de momento, cerrando ojos y mente a cuanto reclaman serios y bien madurados planes, que dicten la inteligencia y el corazón. No serán arrebatadas ilusiones de triunfos egoístas, con base en orgullo o fatua soberbia. “La historia”, sigue siendo “maestra de la vida”, y, así, los pasos mesurados de personas de inteligencia, humildemente aceptada como superior a la nuestra, madurados con grupos ponderados de reflexión, han de ser respetados, antes que pretender caprichosos planes dictados por arrebatos de momento, con ilusión de personal victoria sobre los contradictores.

Qué distancia entre esos arrebatos, fruto de ambiciones personales insaciables, y el mensaje sublime de un Jesucristo, al cual con sencilla humildad se debe acudir, como expresara, en “Anarkos”, nuestro máximo vate Valencia, en el cual está la respuesta a todo: “Jesucristo”. En los múltiples aspectos de la sociedad humana, reflexionados por mentes superiores a través de los siglos, hay aplicaciones, que, con serenidad y depurada intención, se han de ejecutar sin peligrosas improvisaciones.

Hemos tenido una nueva Semana Santa, que ojalá la mayor parte de un país cristiano, como Colombia, hayamos aprovechado, y procuremos mirar con serenidad hacia su futuro, proyectando focos de luz, en tanto que caprichos y miras personalistas de algunos, nos quisieran sumergir en horizontes de nubladas esperanzas. En lo referente a la economía, la salud, la educación, la industria agrícola, los cambios climáticos, cómo se requieren serenos diálogos y aplicaciones sin caprichosos empeños en proyectos que den superficiales simpatías a electorales. Pensar en grande, y en dialogo en grande, es cuanto siguen necesitando las naciones para futuros de sólida estabilidad.

En positivos y esplendentes horizontes queremos saludar a la Colombia de hoy, que ha superado tantos momentos difíciles, ha salido de oscuros ambientes y ha llegado a generosos y patrióticos acuerdos, dentro de panoramas de prosperidad, y, sin respeto humano, proclamando que atendería a todo iluminada por dos grandes ideales: “pan y catecismo”; como proclamó, en determinado momento, el gran patricio Alberto Lleras.

Cómo es grato mirar el futuro de nuestras naciones, con miras a las que hemos llamada la atención, algo soñado por San Agustín, en su “Ciudad de Dios”, que no es utopía cuando en algunos países, en determinadas épocas, con ánimo libre de ciegos egoísmos, se ha tenido empeño en lograrlos, con debida preparación de terrenos, con sendas y edificaciones en “tierra firme”, y lógicas actitudes. ¿Es que cómo se quiere llegar a acabar p.e. por la violencia, al tiempo que se legalizan crímenes como la eutanasia y el aborto, con patentes equivocaciones, como esas?, ¿O permitiendo que corruptos sigan dirijan pueblos y Naciones? Con humilde sapiencia, y con rechazo a dementes y nocivas propuestas, es como llegaremos a ese repetido anhelo de: tierra firme.     

 *Obispo Emérito de Garzón

Email: monlibardoramirez@hotmail.com