A mayor confusión generada intencionalmente por el Presidente, una opinión reactiva que se deja provocar de manera continua e insostenible emocionalmente, unos partidos atomizados y unos líderes políticos anclados en la debilidad del ego, Colombia necesita ser gobernada por la serena intuición, la esperanza y el temple de una mujer.

¿Cómo lograrlo? Pongámonos en la tarea de que las mujeres líderes, de todos los orígenes y pensamientos, tomen la iniciativa conjunta de ocupar el nicho disponible y asumir sin miedo el ¡Ahora nos toca a nosotras!

¿Qué necesitan? Coraje y no hay nada que se contagie más que la valentía de una mujer cuando se ha hallado a sí misma y ha perdido el miedo ancestral a hacerse oír. Ese sí sería el más poderoso contagio ciudadano: mujeres líderes trabajando juntas, sanando heridas de un país enfermo de violencia, reconstruyendo las entrañas rotas de una nación cansada de la inestabilidad ocasionada por los enfrentamientos entre quienes hicieron de la polarización una razón de estado. Ya fueron más que suficientes 200 años de presidentes hombres.

¡Ahora nos toca a nosotras y no hay tiempo que perder!

Mientras escribía esta columna escuché una entrevista de María Corina Machado con la periodista Vanessa de la Torre y me emocioné. Vibré con su coraje, con su capacidad de abrazar su propia historia sobre "el desafío de lidiar con la culpa". Definió su liderazgo mucho más allá de una lucha político electoral: "esta es una lucha ética por la verdad, una lucha existencial por la vida y una lucha espiritual por el bien".

Me encantó escuchar a un amigo venezolano decir: "es valiente, coherente y con los pantalones bien puestos. El régimen le teme".

En María Corina Machado se hace vida la fuerza incontenible que reside en la vulnerabilidad, que nace de lo frágil, de la aparente indefensión. Sobre la prohibición que pesa sobre ella para tomar un avión, dijo: "No he podido ver a mi país desde los cielos, pero sí desde adentro, yo conozco cada carretera, hueco, curva, y cuando bajo la ventana del carro la gente me conoce”. Y le dicen: "Confío en ti, no te rindas, no me abandones". Necesitamos una María Corina colombiana para volver a confiar.

¿Cuál sería la propuesta de una mujer candidata a la Presidencia de Colombia? Los valores. La libertad, la justicia, la solidaridad, la responsabilidad, la autenticidad, la bondad, la gratitud, la empatía y la sabiduría para conectar conocimientos, intuición y corazón.

Son muchas las colombianas listas para gobernar, traslademos a ellas los reflectores mediáticos.

En mi columna pasada mencioné a mujeres que tengo el privilegio de conocer. Hoy agrego a otras que observo como ciudadana.

Claudia López: creo que la Alcaldía la maduró como gobernante y la hizo más abierta a la escucha de otros. Su distanciamiento de Petro la crece como alternativa seria.

Vicky Dávila, me encanta su audacia de hierro para repeler los ataques que provoca. Su búsqueda de la otra parte de la verdad, es en sí misma un tránsito liberador para un país que ha conjugado tanta hipocresía.

¿Quién más se contagia del "Ahora nos toca a nosotras"?