Maltratadores | El Nuevo Siglo
Martes, 27 de Diciembre de 2016

El señor Vicepresidente de la República fue sorprendido por el ubicuo ojo del Gran Hermano agrediendo físicamente a uno de sus escoltas. La primicia fue de CM& Noticias, un espacio del Canal Uno con el que muchos quieren acabar, que emitió el vídeo de algún ciudadano, donde sorprende el profesionalismo del escolta que retiene su furia para mejor ocasión.

Del Vice no sorprende la agresión. Es su estilo. Aunque es un político y se precia de ser inteligente, tiene fama de tratar muy mal a su personal subalterno. Conozco muchos hombres y mujeres, incluso amigos suyos a quienes él dice apreciar, que trabajaron con él pero tuvieron que irse a causa del maltrato. Lamentablemente eso no es nuevo en la administración pública. Hace no muchos años, en el Consejo Superior de la Judicatura, a un magistrado no se le ocurrió mejor forma de resolver una discusión con su magistrado auxiliar que golpeándolo.

En la Suprema hubo uno que no llegaba a los golpes con sus magistrados auxiliares, pero los gritaba hasta la humillación. A todos menos a uno que tuvo el carácter de responderle en el mismo tono. Santo remedio. Era al único que desde entonces no gritaba. Prueba, otra vez, que todo  maltratador siempre requiere una víctima resignada que lo soporte.

Carácter, llaman en Colombia al mal carácter. La patanería de algunos atarvanes que han llegado a puestos de dirección y manejo es justificada con refranes populares como el de que "El que manda, manda, aunque mande mal".  Cómo estará de alienada la sociedad por el poder de los poderosos que ha sido capaz de acuñar semejante sentencia justificativa del abuso.

Pero el problema no es solo de los que tienen dirección y manejo públicos. Se repite todos los días con menor escándalo, pero mayor número en las "patronas" que maltratan y humillan a su servicio doméstico. O con jefecillos de  bajo o mediano poder que no saben hacer mejor cosa que insultar a los pocos desdichados bajo su mando. Esos Uribes Nogueras que desprecian a todo el que no es de su "clase" los ve uno a diario en los restaurantes maltratando a los meseros. Infelices convencidos de que tener para pagar una cuenta les da derechos sobre los empleados de un restaurante.

En la agresión de Vargas, el tema es grave por venir de quien viene. De alguien que conforme a las reglas ciertas de esta democracia hereditaria será Presidente de la República. Que el segundo al mando del país golpee a un servidor público en ejercicio de sus funciones en público es legitimar  semejante comportamiento. Haberse disculpado públicamente solo porque apareció en medios es peor. Pero es más grave la humillante disculpa al señor Intendente Ariel Ahumada. Como de cualquier marido maltratador. "Lo quiero mucho, me disculpo, pero fue por su culpa que le pegué".

 Y a todas estas, ¿El alto mando de la Policía Nacional dónde anda? Ni una voz de respaldo a su Intendente. Un alto funcionario civil golpea a uno de sus Intendentes y ellos callan. ¿Avalan con su vergonzoso silencio semejante comportamiento?

 @Quinternatte