Estrellota | El Nuevo Siglo
Martes, 26 de Diciembre de 2017

“Se logró el 17 de diciembre del año 2017 con un golazo del No.17”

En una final inédita para el fútbol bogotano en el nuevo formato que corona un campeón cada seis meses, esta vez se enfrentaron los bogotanísimos clubes de Santa Fe y Millonarios. La estrella fue azul. Adorna desde el 17 de diciembre de 2017 el glorioso escudo de Millonarios. Es la 15, la misma que reclamábamos los hinchas encendiendo la linterna del celular en el minuto 15 de cada partido de local al que asistimos en el vetusto pero venerable Campín.

El fútbol que es uno de los pocos deportes donde aún se mantiene la maravilla de la incertidumbre del resultado no defraudó en esta ocasión. Millonarios, desde un punto de vista puramente objetivo era la cuarta o quinta opción para ser campeón en este segundo semestre del 2017. Había nóminas que sobre el papel eran supuestamente mejores y definitivamente más caras.

El Junior de Chará y Teo que los Char armaron como saben hacerlo cada vez que hay elecciones cercanas. El Atlético Nacional, tal vez el equipo de la chequera más sólida. El Deportivo Cali, que a pesar de sus eternas divisiones internas siempre es candidato. Y, claro, Independiente Santa Fe que en los últimos años ha intensificado su rojo. De hecho fue un equipo serio que tuvo el segundo puntaje del finalización en la fase todos contra todos, lo que engrandece el triunfo azul.

Millonarios terminó en esa etapa como el cuarto mejor equipo del semestre, pero como segundo en el total del año. Con esas credenciales, la de tener una de las defensas más sólidas y una delantera respetable, llegó a las finales. Y es ahí, en esas instancias, donde la historia de los equipos pesa.

Miguel Ángel Russo, el técnico argentino que en buena hora se hizo cargo de Millonarios lo explicó claramente en una entrevista en el canal Win. Decidió venir a Millonarios porque es un club grande. Y estaba tranquilo con el equipo en finales, porque ahí es donde la grandeza pesa. Y tenía razón.

El titulo 15, logrado el 17 de diciembre del año 2017 con un golazo del número 17 del equipo, tiene un valor especial. Se logró frente al tradicional rival de patio, ante el enemigo íntimo que en este torneo nos había ganado los últimos tres clásicos. Nos pasó como al Deportivo Independiente Medellín que en el 2004 perdió casi todos los clásicos del calendario con Nacional, hasta en junio que le ganó el definitivo para coronarse campeón. A esos verdes todavía les duele. Porque en el fútbol ganarle una final al rival de patio, es la suma de todas las bendiciones. No importa si se pierde la próxima, esta ya está en la historia. Y ahí se queda.

Y cuando todos los hinchas azules estábamos felices y hasta empezábamos a querer a los directivos, a éstos genios no se les ocurrió mejor idea que nombrar a Pastrana de presidente honorario de Millos. A ¡Andrés Pastrana!, háganme el favor. Si querían un Pastrana hubieran escogido uno mejor. A Valentina o a Ophelia.

Ya lo sabíamos, no hay felicidad completa.

@Quinternatte