El capitán portugués Artur Carlos de Barros Basto -Abraham Israel Ben Rosh- es conocido al igual que su homólogo francés Alfred Dreyfus, por haber sido injuriado y destituido injustamente de su cargo militar. Estos dos hombres, importantes militares y héroes condecorados; por su condición de judíos, se convirtieron en el objetivo de un antijudaísmo europeo, que luego se decantaría a mediados del siglo XX, con la Segunda Guerra Mundial.
Artur Carlos de Barros Basto es una figura desconocida fuera de Portugal, a diferencia de Alfred Dreyfus, sin embargo, su historia no deja de ser igual o más interesante. Barros Basto se dedicó a la escritura judía y aún más importante, fue su labor como líder comunitario. Además, de su gran aporte con respecto a los “Anusim”; aquellos judíos sefardíes, que fueron otrora forzados a convertirse al catolicismo. De hecho, el capitán Barros Basto, era uno de ellos.
Una buena cantidad de judíos, decidieron permanecer en su tierra; así que tuvieron que bautizarse y cambiar sus nombres. Si bien, unos se convirtieron en los cristianos más asiduos, se mezclaron con la nobleza, con los “cristianos viejos” y hasta entraron a ser parte importante del clero católico. Sin embargo, otros a pesar de haberse convertido, mantuvieron su identidad judía, claro está, creando una nueva identidad, que les permitiere pasar desapercibidos entre sus nuevos correligionarios -fueran cristianos nuevos o viejos-.
La familia de Barros Basto había, a lo largo de los siglos, mantenido sus raíces hebreas y tenía claro su origen. Así que, su abuelo antes de morir le reveló la verdad sobre su pasado origen sefardí y además que deseaba morir como judío. Había tradiciones; como las velas del Shabat, con las que el joven Artur Carlos estaba relacionado desde pequeño. Pero, eran parte de su memoria, así como la de la memoria de sus ancestros, estos hechos. Hasta que un día, estando en Flandes, Bélgica, entro en la tienda de un oficial francés, al ver que dos velas iluminaban el lugar; y le preguntó que a qué se debía esta particular ceremonia. La respuesta era solo una. Y, tan decisiva fue como para querer retornar a la fe de antaño de sus ancestros.
El capitán Barros Basto, que nació en Amarante en 1887, dentro del catolicismo, decidió emprender el camino a una nueva fe. La ley mosaica, que también se había mantenido de alguna manera u otra, entre los Bnei Anusim -hijos de los forzados a convertirse- se convertiría en el objetivo de vida del capitán, acompañado del interés en que estas gentes regresaran consigo mismo a su origen hebreo.
En Alto Trás-os-Montes -atrás de las montañas-, ubicado al norte de Portugal, limitante con España y con el importante rio Douro, se encontraban en aldeas rurales los Bnei Anusim. Chaves, Braganza y Mirandela, son algunas de las ciudades que la subregión de Trás-os-Montes comprendía. El capitán Barros Basto recorrió este territorio en búsqueda de sus hermanos ocultos, perdidos, otrora obligados a cercarse en comunidades muy pequeñas y cerradas.
La situación política portuguesa había tenido un vuelco, cuando en 1926 un golpe de Estado militar aconteció, otorgando a la iglesia católica una posición de nuevo muy relevante. Para sus intereses, no sería bueno que los “marranos” regresaran al judaísmo. Asimismo, la dictadura de Oliveira Salazar, de corte fascista tomó el poder hacia 1932. Imponiendo la tradición católica y el conservadurismo de sus costumbres como régimen, similar al caso español con el generalísimo Franco.
Todos los esfuerzos del capitán Artur Carlos, tuvieron un gran tropiezo, cuando por medio de una carta anónima avisaron a sus superiores de unos comportamientos inmorales por su parte. Acusado de homosexualismo y de pervertidor de los jóvenes de la Yeshivá, fue abierto un proceso en su contra. Tal calumnia, no prosperó. En 1937 fue expulsado del ejército, pues no tenía capacidad moral para continuar en la institución.
Al igual que a Dreyfus, su condición de judío pesó enormemente a la hora de firmar su destitución. Sin embargo, Dreyfus tuvo la defensa de Émile Édouard Charles Antoine Zola, prominente escritor francés, que por medio de su artículo: J'Accuse - Carta al presidente de la República- en el diario L'Aurore, fue clave para que se restituyera el cargo, nombre y honor. En el caso del capitán Barros Basto, nunca existió una revisión del caso en vida y murió con la deshonra propiciada por los enemigos de Israel.
Sin embargo, logró en 1938 (aunque comenzó en 1929) inaugurar la Sinagoga que se había convertido en su sueño: Mekor Haim o la Sinagoga Kadoorie (la más grande de toda la península ibérica).
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