El conflicto enconado | El Nuevo Siglo
Miércoles, 14 de Junio de 2023

Un crucigramista pedía una palabra de tres letras para “movimiento inconsciente”, ¿será TIC?, pues bueno con fino humor en realidad era Eln.

 Ese movimiento surgió en Colombia durante el gobierno de Guillermo León Valencia, así como las guerrillas de las Farc y la del Epl. Pero ese presidente carecía de la modestia de corregirse. Insistió en que entregaba al país en paz. Incluso su ministro de gobierno, el prestigioso novelista Pedro Gómez Valderrama, aseguró en su memoria oficial que en ese cuatrienio se había logrado la paz con la repartición milimétrica del gobierno entre liberales y conservadores. No notaron la otra raya del tigre.

 En sus inicios el Eln tuvo en sus filas a militantes como el cura Camilo Torres, a jóvenes intelectuales como Jaime Arenas, luego a estudiantes que huían del gobierno de Carlos Lleras que gobernó tres cuartas partes bajo estado de sitio y lo concluyó en toque de queda. Que arremetió contra colegios y universidades con el ejército. Muchos jóvenes al ver la brutalidad oficial disfrazada de progresismo, no veían posibilidad de cambio pacífico, de participación política, bajo una Constitución en el que por veinte años se excluía a quien no fuera liberal o conservador.

Ese ente exclusivo del Frente Nacional, tenía el defecto de crear una camisa de fuerza que excluía el futuro vivo de las nuevas fuerzas sociales que surgían a pesar suyo. Y mientras fracasaban las reformas como la agraria y se acudía al fraude electoral que daría pie a la guerrilla urbana M19, en el seno del Eln el fervor inicial había devenido hacía tiempo, en sevicia.

 Uno de sus cabecillas, Vásquez Castaño que murió en La Habana, sufrió una sicosis gracias a la cual Camilo Torres muere en un sospechoso asalto innecesario, y se fusilan a muchos jóvenes idealistas que se iniciaron en esa rebelión. Tal como lo atestiguó Jaime Arenas quien escribió un precioso libro “La guerrilla por dentro “que le costó la vida. En el narra la descomposición mafiosa de ese movimiento inconsciente. Jaime Arenas fue acribillado en Bogotá, tenía 31 años de edad.

 Al final de la guerra fría esas tres guerrillas que apenas se financiaban con dineros extorsionados a las petroleras, etc., tuvieron un empujón, gracias también a un aliado igualmente inesperado: Estados Unidos. La creciente adicción de su juventud desilusionada tras la amarga experiencia en Vietnam, proveyó de capital, tecnología y armas a esas guerrillas que no tardaron en proveerlos de lo que tanto aspiran. Mientras en las ciudades la mafia llegaba al gobierno con financiaciones decisorias en las campañas. Y algunos políticos insistían en que no había un conflicto interior sino unos leves disturbios regionales.

Por fortuna en el gobierno de Juan Manuel Santos se logró negociar la entrega de miles de personas en armas, se logró la paz con las Farc. Ahora los envejecidos guerrilleros del Eln negocian con el gobierno de Petro una tregua que puede coronar en paz para mediados del 2025, como fin del enconado conflicto.