Diez mandamientos para hacerse rico | El Nuevo Siglo
Sábado, 29 de Abril de 2017

La  riqueza  mueve  las  máquinas  que  aseguran  la  prosperidad del  mundo. El  oro  todo  lo llena de  abundancia  y  alegría.  El  oro  salta  de  la  entraña  de  la  tierra  para  convertirse en  fortaleza  de  la  humanidad.  El  oro  da  seguridad y  firmeza  el  que  lo  posee y llena de tristeza al  que no goza de sus  inmensos  beneficios.  El oro es  pan,  techo,  salud,  recreación, regocijo  moral y espiritual.

Con  el  oro  se elabora  la  tierra  de  los  pontífices  y  refulge  en  los  altares  de  las  iglesias. Con el oro se hace  la  corona de  los  reyes  y  el  centro  de  los  gobernantes.

El  oro  calma  la  angustia  del  hambriento,  espolea  la  codicia  del  rico y llena  de  felicidad  a  todos. Hasta  para  practicar la  virtud,  dice  San  Agustín, se  necesita  un  mínimo  de  comodidad material. Así no  poseamos oro, lo admiramos  íntimamente. El oro es admirado por el  blanco y  por  el  negro,  por  el  viejo y por  el  joven, por el  noble y por el  plebeyo, por  el  sabio y por  el  ignorante.

El  oro  es  la  luz  del sol y todo  lo  ilumina y  lo  hace  vibrar. De  oro  son  las  espigas  del  trigo  que  florecen  en  el  campo; de oro es el puño de la espada del guerrero vencedor. De oro es la  trompeta  apocalíptica que estremece al  mundo.

Es el  oro el que le da  fuerza  irresistible  al  terrateniente,  al  latifundista, al  banquero.

Por el oro  han corrido ríos de  sangre  en  la  vida  de  los  pueblos. El oro ha  sido  germen de confrontaciones feroces e ignominiosas y también ha  servido  para  silenciar multitudes iracundas.

Sin  dinero  la  vida  sería  imposible. Por la trascendencia del dinero hemos redactado unas reflexiones personales.  

Los diez mandamientos para ser rico: 1. Imposible ser productivo sin capacitarse  plenamente. El  que  no  trabaja,  no come.  2. La educación tiene que crearle al niño “la cultura del ahorro y la ciencia de la planificación”, así cuando se reciben tres pesos,  hay que ahorrar uno. 3. Lo ahorrado hay que invertirlo y multiplicarlo. Si en lo religioso la confianza  es buena, en los negocios la desconfianza es más segura. 4. Se  puede gastar, no malgastar no hay que descuidar la calidad de vida. Como te vean vestido, serás recibido. 5. Más que dinero al que  lo pide, hay que enseñarle a conseguirlo. No endeudarse, no servir de fiador y evitar los fatales errores financieros. 6. El consumismo compulsivo conduce a gastar más de lo que se gana generando embargos, remates, tragedias y suicidios. Donde se saca y no se echa se acaba la  cosecha. 7. La  riqueza no es todo en la vida, sobre todo si es poquita. Dime cuánto tienes y te  diré cuanto vales. El avaro vive en la miseria por miedo a caer en la pobreza.  8. Lo malo de la pobreza es que lo coge uno sin nada. Al rico se endiosa, al pobre se humilla y se desprecia. 9. Si  nuestros padres son pobres, no tenemos la culpa, pero si nuestros suegros lo son, si somos  culpables.  10. Imposible una vida plácida y feliz sin un sólido respaldo económico.