¿Católicos? | El Nuevo Siglo
Martes, 20 de Diciembre de 2016

La fallida intervención del Papa Francisco para tratar de solucionar el nueva conflicto que se ha generado entre el Premio Nobel de Paz 2016-2017 y el Jefe Supremo del “Nunca”, a causa del proceso de paz en Colombia, es la más reciente evidencia de la hipocresía religiosa de algunos dirigentes de este país y de la mayoría de sus seguidores.

El Estado colombiano se autodefine como aconfesional, pero es obvio que laico no es. De hecho el Preámbulo de la Constitución invoca la protección de Dios (así con mayúsculas) lo que ya es toda una adscripción ideológica. Y el Dios mayoritario en el país, se supone que es Cristo (Jesús, no Juan Fernando). Todos se declaran cristianos, hasta los evangélicos, pentecostalistas y toda clase de sectas que empiezan por negar la divinidad de la Virgen María. Como corresponde a quienes odian cualquier asunto de género, han construido un dios, sin madre. Tanto odian a las mujeres que les debe parecer que, según ellos, empañan la divinidad.

La mayoría en todo caso es católica. Católicos además de la cuna a la mortaja. Creados y criados en hogares que los bautizan, los confirman, los casan y los entierran o los incineran, al abrigo del rito católico. Los educan en esos mismos preceptos, pues la mayoría de la educación de calidad en Colombia está en manos de órdenes religiosas católicas.

Pero son católicos de eso. De rito, de fiestas y de presentaciones sociales. Más fariseos que Pilatos. Siempre lavándose las manos, como si con ello se limpiaran el alma. Son fáciles de identificar. Allá los ven cada 2 de febrero en Riohacha, prosternados ante la Virgen de los Remedios, dándose golpes de pecho con una mano, mientras con la otra firman los contratos de alimentación que matarán de hambre a los niños guajiros.

Se juran católicos. Y no tienen ni idea que el mensaje de Jesús Cristo es maravilloso y elemental. Ama al prójimo como a ti mismo. Y eso incluye, entre otras cosas perdón y compasión. Algunos han tergiversado tanto el mensaje de la que dicen es su religión, que aquí, hasta no hace mucho, había hordas de asesinos que destripaban liberales al grito de “Viva Cristo Rey”. Parece que no era pecado porque las armas habían sido bendecidas en algunos púlpitos.

Y ahí siguen, solo que han adoptado nuevas formas. Se han adaptado a los tiempos. Son los mismos que cargan un rosario bendecido por el Papa al tiempo que se ponen una camiseta del “No…a la restitución de tierras” y guardan silencio cómplice frente al asesinatos de líderes sociales; o lideran una marcha contra la “ideología de género” para agitar el odio contra las mujeres y la comunidad LGTBI. Igual que educaron los alcaldes que se robaron Bogotá, al “monstruo de Chapinero” o a toda esa gente bien que la emprende a golpes contra su esposa en un salón del Country de Barranquilla, todos muy católicos o cristianos.

Pero es en la paz donde más muestran su hipocresía. La única que les gusta es la del Imperio Romano que crucificó a Jesús. La de los sepulcros.  

@Quinternatte