Autoconfianza | El Nuevo Siglo
Sábado, 16 de Septiembre de 2023

Dado que los seres humanos no somos productos terminados y estamos aprendiendo todos los días, los errores que cometemos pueden jugar en nuestra contra: de oportunidades de aprendizaje pueden pasar a hechos que destruyen nuestra autoconfianza.

Ya he comentado en este espacio que error no es igual a aprendizaje, pues es necesario que nos demos cuenta de la equivocación para que volvamos a intentarlo de otras formas, hasta que aprendamos a hacerlo mejor. Es decir, se hace imprescindible la consciencia par que -gracias a ella- podamos percatarnos sobre qué podemos hacer mejor y cuándo. Por ejemplo, mis habilidades culinarias no son las mejores: siempre que hacía arroz me quedaba pegado y algo aceitoso. Lo seguía haciendo igual, creyendo que estaba acertado en la fórmula. Solo fue hasta que me di cuenta de que me faltaba echarle el doble de agua para que quedara decente. Hasta ese momento, aprendí: cuestión de consciencia.

Sentía rabia conmigo mismo por obtener siempre los mismos resultados desastrosos, a la vez que continuaba ciego ante el error, jurando que lo estaba haciendo de maravilla. Entonces, me empecinaba en hacerlo de la misma manera y me seguía autocastigando por hacerlo mal y no entender por qué no me funcionaba. ¡Cuántas veces nos equivocamos y no vemos el error, solo para seguirnos juzgando y condenando a nosotros mismos! ¿Te ha pasado? ¿Es algo frecuente?  Cuando nos equivocamos reiterativamente en lo mismo corremos el riesgo de dejar de creer en nosotros y se nos puede olvidar que, así como somos aprendientes en esta pequeña escuela planetaria, también estamos conectados con la Divinidad.

Para perdonar a los demás es preciso que aprendamos a perdonarnos a nosotros mismos; para creer sanamente en los demás requerimos creer sanamente en nosotros. Tenemos derecho a desarrollar nuestra autoconfianza, un sentimiento de tranquilidad de estar viviendo cada experiencia presente, de hacer lo mejor posible, de integrar y agradecer los errores y de tener el derecho de evolucionar.  En nuestro recorrido vital nos encontraremos en situaciones en las que no nos perdonarán nuestros errores, en los que seremos juzgados, rotulados, condenados y excluidos. También habrá momentos en que experimentaremos la compasión ajena por nuestras equivocaciones.  Independientemente de las reacciones de los otros, un aprendizaje amoroso para con nosotros mismos es la autoconfianza. Sí, podemos ser un poco más acertados y asertivos cada día.

Hoy la invitación es a que creas en ti, a que yo crea en mí, con todo y errores. Hay una chispa divina dentro de nosotros que nos mantiene en conexión con una verdad mayor, con el Amor total. Si ampliamos nuestra auto-observación, somos compasivos con nosotros mismos y tenemos actitud de aprendientes, creceremos. Si extendemos esto a los demás, evolucionaremos como especie.

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