Logró cautivar gran audiencia la biografía novela de Arelys Henao, Canto para no llorar, de la reina de la música popular colombiana, realizada por Caracol Televisión, que con hechos reales palpa las difíciles condiciones que por los noventa pasaron las familias campesinas desplazadas por la violencia. Sus episodios son muy duros en ocasiones, aunque vienen acompañados de la resiliencia y el rebusque como la opción para salir adelante junto al son y ton del espíritu paisa y el deleite de las composiciones de la cantautora.  

Varios de los pasajes y canciones, en un género que facilita el mensaje, muestran sin tapujos actos de violencia intrafamiliar contra la mujer y la impotencia emocional para acudir con fluidez a la denuncia y a la ayuda psicológica; hecho que la misma Arelys movió en las redes bajo la etiqueta #hagámonosescuchar.

El escenario no deja de mostrar la vulnerabilidad de las niñas campesinas víctimas de la guerrilla o la angustia de sus padres, como la muerte o desaparición que toca la puerta varias veces, que hace tripas corazón a esa familia, pero nunca con el hastió de las series de narcotráfico que saturaron en el pasado ni con una mirada ajena a un futuro más amable, en parte por la búsqueda de oportunidades y por las acciones solidarias.   

Su canción central “Mi historia” lo dice todo: “Amigos esta es mi historia, la que les voy a contar, no se me vaya a poner triste ni sentimental, veinte años llevo luchando para ocupar un lugar. Nací en un pueblo pequeño, entre pobreza y necesidad, entre el café y el ganado allá aprendí a trabajar, pero soñando algún día al pueblo cantar. La guerra de mi país, a la ciudad me mandó. Sin tener nada en mis manos, yo me puse a trabajar, vendí libros en las calles, no me da pena contar. Conocí al amor de mi vida con una historia muy similar y juntos hemos luchado para poder alcanzar la estrella que hoy tengo en mis manos que no fue fácil lograr…”   

Hoy Arelys tiene cuarenta y seis años. Es cierto que tiene una hermana religiosa, que tuvo muchos hermanos, en realidad trece de los cuales siete ya partieron. Si aprendió a “motilar”, pues su aguerrida mamá goza de sus cortes de cabello y estilo.  

A los doce años se mudó para Medellín. Con su esposo completan veinte y seis años de casados, quien también llegó a la ciudad como desplazado desde Saiza, Córdoba. La cultura y el relieve paisa, junto con las calles empinadas de las comunas de la capital antioqueña y las tradiciones de los 90´s pintan cálida la novela, no obstante, la amenaza guerrillera y pobreza urbana que los persigue.  

Esta es una historia capaz de ligar la dura realidad o la verdad a un estado de armonía con el progreso y la esperanza, como la define Bryant Mc Gill, autor motivacional estadounidense.   

La novela no habla de la ´linda canción “No Abortes” compuesta por Arelys cuando tenía treinta y un años, que en forma de diálogo dice; “Amiga hoy quiero pedirte no te niegues la oportunidad: de ser madre, de sentir sus besos, …. Imagina sus ojos, su rostro y tal vez se parezcan a ti, imagina sus frágiles manos suplicándote lo dejes vivir…”

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

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