¿Series o telenovelas? | El Nuevo Siglo
Jueves, 12 de Septiembre de 2013

Por: Jerónimo Rivera Betancur*

Para muchos colombianos nombres como Betty Pinzón, Gaviota, Pio Quinto Quintero o Gallito Ramírez están frescos en la memoria. Estos personajes y muchos más hicieron parte de una época dorada para la telenovela colombiana, que hace algunas décadas era reconocida por su buena calidad estética y narrativa.

Ante la supremacía del culebrón mexicano y venezolano, Colombia marcó la diferencia con narraciones diferentes, alejadas del melodrama, con dosis de humor y personajes inolvidables.  En muchos países del mundo se habló del fenómeno colombiano y se vieron telenovelas como “Yo soy Betty la fea” y “Café”. El siglo XXI trajo consigo alianzas entre los canales privados y productoras latinas norteamericanas para realizar productos pretendidamente universales que sólo borraron el  sello de identidad que nos caracterizaba.

En nuestros días las series de televisión norteamericanas son los productos audiovisuales más completos: Son interesantes, entretenidas, con alto presupuesto y actores de primera línea. El “boom” de las series también llegó al país y los canales incursionaron con éxito con productos propios (muchos de ellos con historias del narcotráfico) y con la adaptación de series extranjeras exitosas al contexto nacional.

Lo gracioso de las adaptaciones colombianas es que, sin ser capaces de adoptar el formato de serie norteamericana (máximo 25 capítulos bien producidos al año) o el inglés (hasta 6 capítulos de hora y media al año),  se convirtieron en híbridos serie-telenovela con capítulos diarios de una hora en donde, como es lógico, pocas veces pasa algo importante y las acciones se dilatan eternamente… ¿Y las telenovelas? Se han vuelto comedias,  narco-relatos o imitaciones de culebrones extranjeros. ¿Será que veremos nacer nuevas Bettys o Gaviotas en la tv colombiana?

*Crítico de televisión