Mario González Vargas | El Nuevo Siglo
Lunes, 27 de Junio de 2016

INCERTIDUMBRE MUNDIAL

Cambio de época

“Brexit y crisis en Venezuela son ejemplos”

LAdecisión del pueblo del Reino Unido de abandonar la Unión Europea y la indecisión de los Estados Miembros de la OEA sobre la crisis política y humanitaria de Venezuela, cada una en su propio ámbito, parecen indicar que estamos en el umbral de un cambio de época. Ambas afectan logros característicos del período de la posguerra que marcaron el fortalecimiento de la democracia, el respeto a los derechos humanos y la realización de los anhelos de integración económica y política de los Estados.

El triunfo del Brexit provocará una serie de réplicas en varios estados miembros de la UE y en el propio Reino Unido y plantea serios interrogantes políticos, económicos y sociales. La masiva inmigración, la desaceleración de la economía y la asfixiante regulación comunitaria percibida como imposición del eje Paris-Berlín, han provocado el renacimiento del nacionalismo con el que se pretende reafirmar las diferencias culturas e históricas, ya no solamente entre los Estados, sino también al interior de los mismos. Reviven los ímpetus separatistas, pero también las inquietudes sobre la seguridad nacional, y con ellas los fantasmas de conflictos que diezmaron la población de todo el continente europeo. La desarticulación de la Unión Europea o su debilitamiento, provocarían un hondo reacomadamiento en los actuales equilibrios políticos y económicos, de consecuencias insospechadas e imprevisibles.

Por otra parte, la lánguida reacción de la OEA a la crisis que vive el pueblo venezolano, refleja el progresivo marchitamiento de la defensa y promoción de la democracia y de los derechos humanos que la caracterizaron a la Organización desde finales del siglo pasado. Fue época de esplendor del Sistema de los Derechos Humanos, en la que se fortalecieron los mecanismos de protección del orden democrático en América. La Corte de Derechos Humanos y la Comisión construyeron jurisprudencia y mecanismos de protección de la democracia y sus derechos fundamentales que se impusieron sobre el despotismo y la arbitrariedad. La OEA, con el Protocolo de Reforma de Cartagena de 1985 y la Resolución 1080 de 2001, adelantó el proceso que culminó con la adopción de la Carta Democrática, que hoy invoca el Secretario Almagro, con toda razón, competencia y pertinencia para resolver la crisis política y humanitaria que pone en peligro el orden constitucional y democrático en Venezuela.

En ambos casos parece emerger un cambio de época de inciertos resultados y de peligrosos efectos sobre la paz, la integridad y la estabilidad de los Estados, escenarios que no pueden pasar desapercibidos en el proceso de paz en Colombia.