Lo que se vislumbra para segunda vuelta | El Nuevo Siglo
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Lunes, 28 de Mayo de 2018
Redacción Política

Solo tres semanas faltan para que los colombianos vuelvan a las urnas para determinar finalmente quien residirá en la Casa de Nariño a partir del 7 de agosto.

Pero, ¿qué características tendrá la campaña de aquí al 17 de junio?

Al menos siete detalles identificarán el balotaje del primer tramo de la campaña presidencial.

 

1. Polarización

 

Si a la opinión pública le pareció que en la primera vuelta hubo polarización, que se prepare porque ahora sí que la va a haber.

No es que los electores tengan que hacer mucho esfuerzo para no confundir uno con otro, pero se trata de candidatos que se ganaron su paso a segunda vuelta precisamente por enfatizar las diferencias que los separan.

Además, para conquistar el centro Duque y Petro requerirán enfatizar esos desencuentros, no solo dejando claras cada uno sus fortalezas, sino además desnudando las flaquezas del contrincante.

No es el electorado el que está polarizado: a Duque lo respaldó el 39 por ciento de los votantes y a Petro el 25 por ciento, pero Fajardo recibió el apoyo del 23 por ciento, Germán Vargas Leras el del 7 por ciento y Humberto de la Calle del 2 por ciento. De los candidatos que representaban tres matices del centro, el más votado fue Fajardo, ligeramente por debajo del porcentaje que prefirió a Petro, en cuya coalición, de todas formas, hay sectores de izquierda dura, pero también otros menos radicales. Así que la disputa por el favor de ese conjunto de ciudadanos seguramente se llevará a cabo utilizando artillería pesada, aunque, como se verá más adelante, con una combinación de almibarada seducción.


2. Proceso de paz

 

La segunda vuelta enfrentará a quienes defienden el proceso de paz, a pesar de sus errores, y quienes quieren volver trizas los acuerdos, aunque digan que no, ignorando las bondades que tengan. Este será uno de los puntos de la polarización.

Cuando se pensaba que los acuerdos con las Farc iban a ser tema clave de la primera vuelta no ocurrió así, principalmente porque no hubo ninguno de los candidatos del centro que se opusiera al proceso de paz, ni siquiera Vargas Lleras quien declaró que sus preocupaciones quedaron resueltas con el pronunciamiento de la Corte Constitucional.

Xinhua

Duque, aunque representa al partido que más se ha opuesto a la implementación, saboteándola en el Congreso con todo lo que ha podido, ha sostenido una posición que muchos de sus correligionarios han considerado tibia y que le valió ser señalado de ‘comunista infiltrado’ durante la campaña interna para seleccionar el candidato de la colectividad.

Así que en primera vuelta a Duque le bastó decir que iba a corregir los acuerdo, pero no a hacerlos trizas.

En segunda vuelta ese discurso no le alcanzará para explicar la posición de su partido al respecto. Por su puesto que intentará seducir al centro con la repetición de que no hará trizas los acuerdos, de la misma manera que su organización política en algún momento de la campaña por el ‘No’ en el plebiscito atrajera a muchos con aquello de ‘paz sí, pero no así’; sin embargo la verdad quedará expuesta cuando deba precisar las correcciones que piensa practicarle a lo suscrito con las Farc.

 

3. Antis

 

¿Qué podrá más: el antiuribismo o el antipetrismo?

A la hora de analizar para donde van a coger los votos del centro, es decir de Fajardo, Vargas Lleras y De la Calle, no es fácil dar una respuesta certera.

De tiempo atrás, la base de los seguidores de Petro, Fajardo y De la Calle sembró la idea de que los dos candidatos ‘pro-paz’ que perdieran en primera vuelta apoyarían al que siguiera en la contienda. Eso va a funcionar en una parte de ellos. Por ejemplo, quienes acompañan a la exministra Clara López, fórmula vicepresidencial de De la Calle, ya habían estado en acuerdos con Petro antes de llegar a la campaña del candidato liberal. Y ya una parte de los verdes desatendió la directriz oficial y se fueron con Petro, de modo que no habrá problema en que todo el partido llegue allá. Pero la parte del Polo que se quedó con Fajardo y el movimiento Compromiso Ciudadano tienen un fuerte sentimiento antipetrista que les dificultará un acercamiento. Claro en política todo es posible, máxime cuando la consigna es evitar que la Casa de Nariño sea de nuevo ocupada por Álvaro Uribe, el verdadero ‘poder detrás del trono’ en caso de que gane Duque.

Pero si por allí llueve, en las toldas de la centro-derecha liderada por Vargas Lleras no escampa, porque aunque quepa suponer que su primera reacción sea irse para donde Duque, en ese sector existe un sentimiento antiuribista que dificultará el acercamiento; si así no fuera, habrían votado por Duque y no por Vargas Lleras.

 

4. Modelos políticos

 

En primera vuelta tuvieron vocería representantes de todas las tendencias: la derecha, la izquierda y tres matices del centro.

En las urnas, la mayoría de los colombianos decidió olvidarse del centro y votó por los extremos.

Para la segunda vuelta se espera un verdadero choque de modelos políticos que conquisten los matices del centro, a los que les hablarán de esquemas impositivos y de una reforma tributaria estructural e integral, del destino que tendrán temas clave de Bogotá, de la aplicación de estrategias agrarias tanto en la productividad como en la tenencia de la tierra, de posibles o supuestas expropiaciones, del replanteamiento del sistema judicial, entre otros muchos aspectos.

 

5. Adhesiones

 

Que el escenario se plantee más polarizado, no quiere decir que ambas opciones no traten de seducir al centro.

De hecho, en sus primeros discursos cada uno lanzó flores a diestra y siniestra para intentar suavizar las prevenciones que pudieran existir entre quienes pudieran acerarse a sus respectivas toldas.

La verdad sea dicha, no es mucho el juego que puede darse. El senador Hernán Andrade, presidente del Directorio Nacional Conservador, ya hizo público su primera aproximación a Duque, por cuenta de la filiación de su fórmula vicepresidencial, la exministra Marta Lucía Ramírez. Sin embargo, el conservatismo ya votó por Duque; recogiendo un punto anterior, ya hizo uso de su antipetrismo.

Xinhua

Lo mismo puede decirse del expresidente César Gaviria, jefe único de la Dirección Nacional Liberal, quien dijo anoche que esta semana la colectividad determinaría cuál es el presidente que necesita Colombia y con ese se irá; solo que ya el liberalismo votó por Duque.

La misma historia se cuenta en Cambio Radical y La U. Vargas Lleras dijo que durante la semana decidiría sobre apoyos en segunda vuelta; pero ya su partido decidió: votó por Duque. En La U no han dicho nada, pero ayer hicieron lo mismo: votar por Duque.

A Petro le pasa algo parecido, aunque todavía puede sumar mucho si, por ejemplo, el Polo y los verdes logran un acuerdo entre quienes de sus filas estuvieron con el exalcalde de Bogotá y los que siguieron a Fajardo, quizás condicionando la unidad el 17 de junio a anticipar una fórmula de convergencia para las elecciones regionales del próximo año, incluyendo la capital de la República.

En donde tanto Duque como Petro pueden recoger algo más es entre los ciudadanos que no votaron ayer.

 

6. Debates

 

Mientras los debates de primera vuelta terminaron aburriendo a los electores, se espera que al quedar solo dos contendores los que vengan sean mucho más fuertes, en una contradictoria combinación de polarización y seducción.

Claro que todo depende de cómo se dispongan los organizadores de esos debates, pero es claro que el escenario ya descrito, en el que se combinará polarización con seducción, pondrá al aire debates mucho más fluidos, con tiempo para exponer las ideas ya planteadas en primera vuelta y las propuestas recogidas de los acuerdos que se hagan con los aspirantes que alcanzaron a pasar, así como con espacio para que la confrontación se pueda hacer sin miramientos.

 

7. Guerra sucia

 

Sin duda, la guerra sucia se intensificará.

Si algo quedó claro en la primera vuelta es que las campañas que se ganaron el tiquete a la siguiente fase son expertas en la propagación de todo tipo de noticias falsas.

En primera vuelta, tanto los equipos de Duque como los de Petro debieron calumniar a otras cuatro campañas; quedando eliminados tres competidores, ambas ‘bodeguitas’ podrán enfocarse en denigrar de un solo un candidato, de tal manera que se las verá dar rienda suelta a cadenas de Whatsapp y múltiples ‘fake news’ por Twitter y Facebook.