Irán y el mundo | El Nuevo Siglo
Miércoles, 16 de Mayo de 2018

Cuando en el 2015 Estados Unidos, Francia, el Reino Unido,  Alemania  Rusia y China,  con extensión a la Unión Europea y ratificación de la Organización de Naciones Unidas, suscribieron el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares con Irán, establecido el compromiso de este país para suspender el abastecimiento de uranio durante quince años, ratificada la aseveración de que su proyecto  se adelanta con objetivos pacíficos y la aceptación de permitir la inspección por parte de la comunidad internacional del cumplimiento de lo pactado, hubo consenso en considerarlo benéfico para el planeta.

Hace unos meses dije que mejor no torear a Irán, costó mucho trabajo convencer a su gobierno, a cambio de suma billonaria y de levantamiento de sanciones, de que aceptara no intervenir en conflictos regionales ni orbitales. El acuerdo se ha mantenido, aun cuando es público el apoyo iraní al gobierno sirio y la utilización de misiles contra Isis y su terrorismo desbocado, enemigo común. Sin embargo, en repetidas oportunidades el presidente Hasán Rohani ha dicho que se ciñe el pacto y su administración no altera la paz en la región. 

El mandatario Barack Obama firmó en nombre de los Estados Unidos con autorización, pleno conocimiento del Congreso, de la opinión pública, de los partidos, de la ciudadanía. El candidato Donald Trump, durante la campaña electoral, expresó que el Tratado le parece de corta duración, según él es reducido, hay falencias, repitiendo estos argumentos notifica el retiro suyo del pacto, sin atender a lo expuesto por los Estados suscriptores, en violación del derecho internacional, omitiendo que el acuerdo es un compromiso norteamericano, con independencia de quien ocupe la presidencia. Irán  manifiesta que lo continuará acatando con la observación de que incrementará la construcción de misiles,  resalta que ha limitado sus reservas de uranio enriquecido a 300 kilos por quince años, el uso de plantas centrífugas y  no suministra   material bélico para atizar conflictos.

Creo que no habrá guerra en Oriente pero el precio del petróleo aumenta, se producirán tensiones grandes si unilateralmente se imponen sanciones a Irán.  Los países, con la excepción de Israel y Arabia Saudita, discrepan de la decisión adoptada por el gobierno espectáculo. Los adversarios del señor Rohani, quien ya pasa de los 78 años de edad, se crecen, queman banderas en el parlamento, hablan contra Satán, aprovechan la situación para incrementar las protestas por la sequía, los malos salarios, la crisis agrícola, la devaluación monetaria.  ¿Eso lo previó el presidente de los Estados Unidos?  Es jugar con candela continuar toreando a Irán y ¿Cómo creer en el cumplimiento de la palabra empeñada por la potencia mundial?