Complemento | El Nuevo Siglo
Sábado, 26 de Mayo de 2018

Comenzó en “Preludio” (mayo 12) el estudio de La Audacia de la Paz Imperfecta (Ariel, Editorial Planeta Colombiana, Bogotá, 2018), cuyo autor es Francisco de Roux. La calificación de la paz es bastante correcta, aunque la preferencia personal es sostener que en La Habana, Cartagena y el teatro Colón se consagró un triunfo estratégico decisivo contra la guerrilla más poderosa; sin embargo, falta mucho por hacer, puesto que están presentes el Eln, rezagos del Epl, disidencias de las Farc, bandas criminales, delincuencia común pura y simple y grupos que falsamente pretenden tener motivación política y, desde luego, narcotraficantes con conexiones internacionales. 

 El texto de Francisco de Roux se refiere al logro y explicación del proceso de paz e integra una perspectiva importante: usarlo en el examen de la aguda y polarizante controversia que despierta el tema y en lo cual se verá, también, la contribución expuesta en Cambiar el Futuro. Historia de los procesos de paz en Colombia 1981-2016 (Debate, Bogotá, 2017) de autoría de Eduardo Pizarro. Debe procederse al chequeo y contraste de las distintas versiones para recorrer la senda correcta. No se ha logrado plena reconciliación entre los colombianos y se limitó a los negociadores.

 En lógica con su formación como economista, de Roux considera que “el mercado es uno de los logros de la humanidad” y se le apoya al complementar dicho concepto con factores como establecer controles, justicia social, búsqueda del bien común, chequeo de la corrupción, ayuda a  los estratos bajos y populares,  protección de ecosistemas, cuidado del medio ambiente; de Roux reitera aspectos negativos en que Colombia se encuentra casi a la cabeza, a nivel mundial, por ejemplo, inequidad, desigualdad, intolerancia, exclusión, impunidad delictual y sin olvidar la producción de coca en que nos encontramos al tope y se agregaría el perjuicio al medio ambiente, la destrucción de la naturaleza y la capacidad de destruirnos y odiarnos.

 Observaciones. Las Farc hicieron “dejación de las armas”, no entrega y la razón reside en que no fueron vencidas; la guerrilla estaba destinada a la derrota y la negociación evitó más muertes, sacrificios y destrucción. Las Farc, excepto la disidencia, se tornó actor civil y político desarmado. Sectores del uribismo han manifestado intención de volver “trizas” lo acordado en La Habana: materia preocupante.